Agronegocios para pocos y sin soberanía alimentaria

En un soleado martes 13 de marzo y en el marco de la apertura de la exposición anual de Clarín y La Nacion “Expoagro”, el presidente Mauricio Macri, anunció la anulación, extirpación y seguido enterramiento de cuatro registros estatales referidos al sector agroalimentario nacional.

Secundado por el ministro de Agroindustria y ex titular de la sociedad rural argentina, Luis Miguel Etchevere, el primer mandatario anunció la eliminación del Registro Fiscal de Tenedores de Granos; el Registro Fiscal de Tierras Rurales Explotadas (TIRE); el  Registro Nacional Sanitario de Productores Agropecuarios (RENSPA) y el Registro de Usuarios de Semillas (RUS).

En ese sentido, argumentaron que esta nueva medida se implementará para “quitarle la pata de encima al sector” –concentrado – y además de “siete declaraciones juradas que tienen que hacer en la actualidad, deberán a partir de ahora, presentar una sola por año”. Y también, Macri aseguró que van a seguir anulando  todos los trámites que sean posibles.

La soberana destrucción

La desregulación del sector agroalimentario, crea inseguridad para el conjunto de la población y dentro del propio sector, que verá disminuida la calidad de lo producido en mediano plazo. Es sabido, sobre todo en las ciencias de la tierra, que la calidad productiva se deteriora en menor tiempo del que lleva conseguir una calidad superior.

El mundo, tanto en occidente como en  oriente apunta  a la trazabilidad de los productos agroalimentarios, esto no solamente marca lo que es el origen dela mercadería, sino las distintas formas que intervienen en el proceso de transformación para llegar del campo a la mesa. Lo que se busca en todo sector es la transparencia. Por eso, no solamente se habla de buenas prácticas agrícolas, sino de buenas prácticas  de manufactura.

Y sin duda, de buenas prácticas sociales, que incluyen una nueva educación del consumidor y una exigencia en los productos que  consume.

Los productores, actualmente, buscan buena calidad, salubridad, naturalidad, territorialidad, respeto al medio ambiente y certificación de marca, origen y método de producción.

Los registros estatales permiten generar una identidad, construyen la certificación de los caracteres de origen que constituyen un rasgo indentitario. Esos rasgos son reconocibles a través de los registros; por ejemplo, en los países donde se le agrega valor a la producción primaria, se crearon las denominaciones de origen protegido y las identidades geográficas protegidas. Esto hace todo un proceso de construcción de valor que resulta de la relación entre agricultura y territorio.

Acaso ¿es lo mismo lo producido en Argentina y lo producido en otros lares?