A partir de cepas nativas de bacterias y hongos locales, un grupo de investigación del INTA Montecarlo desarrolló un bioinsumo que promueve el crecimiento vegetal en yerba mate y otros productos hortícolas.
La tendencia de incorporar bioinsumos orientados a la agricultura sustentable generó líneas de investigación en el INTA, que ya dieron resultados auspiciosos como la de Misiones.
Un trabajo de bioprospección de microorganismos benéficos que permitió el desarrollo de bioinsumos para yerba mate para medianos y pequeños productores encarado por un equipo del INTA Montecarlo, que logró desarrollar bioestimulantes y productos de protección vegetal inteligentes con especificidad local según los requerimientos de los productores.
Al respecto la investigadora Ana Mari López aclara que el desarrollo consiste en: “Dos líneas de productos de bioinsumos, con acción bioestimulante y acción de protección vegetal, que contemplan las especificidades locales, las condiciones de suelo y clima y, a su vez, la potencialidad productiva para la región”.
López junto a Patricia Schmid y Silvina Berger, también realizaron tareas de bioprospección en yerba mate, haciendo pruebas con 10 cepas aisladas con capacidad de promoción del crecimiento y capacidad antagónica y con la cepa bacteriana más prometedora se observó un incremento del 55 % en la altura promedio de los plantines en comparación con el tratamiento control. Asimismo, en pruebas a campo en parcelas con manejo orgánico la cepa Trichoderma demostró resultados auspiciosos como antagonista contra el agente causal del mal de la tela.
Además, la tecnología de este proyecto fue seleccionada entre los cinco finalistas de la 7ª edición del “Premio Arcor a la Innovación”, auspiciada por el Grupo Arcor junto con el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación.
Fuente Prensa INTA.