El manejo sanitario es una de las claves para que los cultivos no resulten perjudicados.
La técnica María Eugenia Strassera, del INTA AMBA y de la Chacra Experimental Integrada Gorina en su informe Las Plagas animales en horticultura indica: “La definición más adecuada de plaga es la del investigador Horn (1988), que plantea que es toda aquella especie de artrópodo o nematodo fitófago (herbívoro) presente en un agro-ecosistema (cultivo hortícola bajo cubierta o a campo), que puede desarrollar poblaciones abundantes y causar daños al cultivo disminuyendo su producción o deteriorando la calidad del producto, con el consiguiente perjuicio económico”.
La horticultura es una actividad intensiva que sin no se maneja adecuadamente conduce a un incremento de la inestabilidad y vulnerabilidad de los agro-ecosistemas con la consecuente manifestación de problemas como la aparición de plagas.
Sería necesario conocer los agro-ecosistemas para definir la estrategia contra las plagas e incluyen aumentar y conservar sus enemigos naturales y modificar la calidad del recurso para que no sea preferido ni fácil de encontrar por las mismas.
Un elenco que se describe en el informe citado y debe sincronizarse con el control cultural; la selección correcta de la variedad a cultivar; monitorear el estado sanitario del cultivo en forma semanal; ventilar invernáculos; deshojar; desbrotar; eliminar los restos vegetales fuera del lote productivo; colocar trampas adecuadas en función de la plaga, entre otras.
Y también, se sugiere el control químico con plaguicidas sin superar el nivel máximo de tolerancia.
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Fuente: Prensa INTA.