En Yanquetruz comenzó a operar la cetral térmica

La planta de biogás que ACA posee en el criadero de cerdos instalado en San Luis, inició el suministro de 1,2 MW/h de energía a la red pública del Sistema Integrado Nacional, en el marco del Programa RenovAr.

 “Para la Asociación significa cumplir el objetivo de poner en valor una obra construida en cercanías de Juan Llerena, San Luis, para producir energía eléctrica a partir del purín de cerdos y biomasa, y venderla a la red pública”, dijo el doctor Julián Echazarreta, subgerente general de ACA.
Destacó que la bio-usina, “si bien posee una potencia técnica instalada de 1,53 MW/h, el contrato especifica que la operatoria implicará 1,2 MW/h”.
El convenio, cuyo período contractual es de 20 años, fue firmado el pasado 2 de marzo con el Estado nacional, a través de la Subsecretaría de Energías Renovables, Foder -un fideicomiso establecido para casos de incumplimiento de pagos por parte de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico S.A. (Cammesa)- y justamente  Cammesa.
La entrada en operaciones de la central térmica “Yanquetruz” se produce en momentos en que el Gobierno nacional, a través de la cartera de Energía se prepara para convocar en los próximos días a la segunda ronda del programa de desarrollo de estas fuentes alternativas, según ratificó el subsecretario de Energías Renovables, Sebastián Kind.
“Estamos en las puertas de la Ronda 2 y en pocos días más sale el pliego de bases y condiciones y los anexos de contratos, con una potencia a definir”, remarcó Kind, aunque adelantó que las características del llamado estará “en el orden de lo que sucedió con la Ronda 1”.

Cambios
Echazarreta denotó que “al momento de erigirse los biodigestores y la ‘Power House’ (corazón de la producción de energía eléctrica) en inmediaciones del Criadero de Cerdos ‘Yanquetruz’, para solucionar el problema de los desperdicios orgánicos de este establecimiento de producción intensiva y a la vez transformarlos en energía renovable, las normas de entonces promovían tal alternativa. Sin embargo, el Gobierno anterior abortó tal política y nos quedamos con la obra terminada y sin contrato”.
Enseguida destacó que “cuando asumió el gobierno actual estableció un nuevo régimen con mayor competencia y menor discrecionalidad, tendiente a alentar nuevos emprendimientos para proveer energías renovables. Con nuestra obra en funcionamiento y al servicio únicamente del criadero ya duplicado, sólo tuvimos que adecuarnos a la nueva modalidad y por eso pudimos llegar a esta palpable realidad”.

Nada se pierde
El criadero posee un sistema cloacal subterráneo, que recoge los purines de los cerdos y termina en cuatro biodigestores, dos primarios y dos secundarios. Cada uno posee una capacidad de almacenamiento de tres mil metros cúbicos.
Los biodigestores primarios, construidos en hormigón, en su interior tienen tecnología de origen alemán: agitadores tipo “banana”, uno de baja revolución y potencia, y otro de alta revolución y potencia. El resto de la obra tiene desarrollo tecnológico nacional. En cambio, en los biodigestores secundarios -desarrollados completamente en Argentina- no hay cemento. Están enterrados y armados con geomembrana en forma troncocónica, por lo tanto el diámetro superior es mayor que el inferior.
Los recipientes actúan como un gran estómago, donde al tratar anaeróbicamente el purín de los cerdos y el agregado de forraje de sorgo y maíz, se produce el biogás, que es el producto de la conversión bioquímica o digestión de biomasa orgánica.
Entre la biomasa y la capa interna del techo se acumula el biogás. Éste es recuperado a través de una bomba y luego de un proceso de purificación y filtrado (eliminación del sulfuro de hidrógeno), se eleva la presión para utilizarlo como combustible en los motores que generan electricidad y calor.
La “Power House” está ubicada en un galpón, donde están instalados dos motores “Caterpillar”, sistema de recuperación de calor y de gases, calderas y equipos de respaldo. Los enormes motores -de origen estadounidense-, alimentados con biogás proveniente de los biodigestores, generan energía eléctrica por 1,53 megavatios/hora y entregan unos 8.000 megavatios/hora/año.
Los biofertilizantes que se desarrollan durante el proceso (aguas ricas en nitrógeno, fósforo y potasio) son distribuidos en los campos que la Asociación posee cercanamente.
“Nada se pierde, todo se transforma”, es el lema no escrito y practicado en este singular emprendimiento que posee ACA en tierra puntana, donde con alta tecnología y en un proceso integral de transformación, se produce carne porcina, energía eléctrica y térmica, y fertilizante.

Fuente: Prensa ACA