Estudian el potencial bioactivo de los pétalos de rosa

Investigadores avanzan en la caracterización de los antioxidantes y antimicrobianos presentes en diferentes rosas.

Para aprovechar las flores que se desechan -durante el crecimiento de la planta hasta que alcanza un tamaño comercial-, un equipo de investigadores del INTA San Pedro -Buenos Aires- y de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires (UBA) estudia el potencial bioactivo de los pétalos de rosa para su uso en la industria alimenticia.

Al igual que las frutas, las flores son ricas en compuestos antioxidantes, fundamentalmente polifenoles: “Los pétalos de las flores contienen compuestos antioxidantes, antimicrobianos, antinflamatorios, antisépticos, inmunosupresivos y actividad prebiótica y rosas constituyen una fuente interesante de este tipo de compuestos, por eso nos enfocamos en su caracterización.”, expresó Julieta Gabilondo, especialista del INTA.

Para conocer en detalle qué compuestos bioactivos poseen y qué relación tienen con el color de los pétalos, Gabilondo y Laura Malec -especialista de la UBA- analizaron el contenido de polifenoles totales, flavonoides, antocianinas y carotenides en seis variedades de rosa: Queen Elizabeth y Bella Época (color rosa), Gran Gala, Traviata y Kardinal (color rojo) y Cristóbal Colón (color naranja).

Ensayos realizados en el Laboratorio de Poscosecha del INTA San Pedro y en el Laboratorio de Química de Alimentos de la UBA, determinaron que las variedades rojas -Traviata, Kardinal y Gran Gala- poseen más polifenoles y actividad antioxidante, mientras que la que posee pigmento naranja contiene buena cantidad de carotenos.

Valores que indicarían la posibilidad de utilizar las rosas desechadas en la industria de alimentos, como potencial fuente de compuestos bioactivos.

Estudios previos demostraron que los extractos metanólicos de Rosa Chinensis poseen altos niveles de antioxidantes y hasta 50 veces más que los de tomate, brócoli o de manzana y más que otras plantas medicinales

El noroeste de Buenos Aires posee una innegable tradición en la producción de plantas de vivero, allí, en unas 150 hectáreas destaca el cultivo de rosas con pétalos de diversos colores: rojo, rosado, amarillo, naranja y crema.

“En el tiempo que lleva la obtención de una planta de tamaño comercial, se producen varias floraciones, las cuales se desechan y se dejan en el campo”, indicó la especialista del INTA quien adelantó que se realizaron trabajos preliminares con infusiones elaboradas con pétalos de distintos cultivos de rosa para analizar el contenido de compuestos bioactivos y su aceptabilidad sensorial.

“Las infusiones elaboradas con pétalos de color rojo presentaron mayor contenido de antioxidantes que el té negro.”, destacó Gabilondo y agregó: “Este es un aspecto diferencial, debido a que las infusiones elaboradas con flores comestibles presentan una ventaja nutricional porque no contienen cafeína”.

El aprovechamiento de estas flores agregaría valor a la producción local y una alternativa a la comercialización tradicional, porque la utilización de extractos de rosas en formulaciones alimenticias, contribuiría a prolongar la estabilidad de estos productos y permitiría el reemplazo parcial o total de los aditivos artificiales usados actualmente como conservantes. Lo que se comenzó a estudiar recientemente en la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA.

Fuente: Prensa INTA.