Experiencia asociativa en la esquila

De la zafra lanera coordinada por el Inta General Conesa participaron quince establecimientos que concentraron cerca de dos mil animales, en el marco del programa Prolana.

Desde 2014 un grupo de productores organizados por la Agencia de Extensión Rural (AER) del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) conformó un centro de acopio, en el cual acondicionaron sus lanas y consiguieron a través del agregado de valor mejorar su comercialización. Es así que por cuarto año consecutivo la zafra lanera representa un proceso de trabajo colectivo que implica la esquila, el acondicionamiento y el enfardado de lana para su posterior comercialización. Este año participaron desde principios de agosto hasta mediados y fines de septiembre quince establecimientos, como la Escuela Agrotécnica, que concentraron cerca de dos mil animales.

Según indicaron desde la AER conesina, los productores ovinos del valle de Conesa orientan su sistema productivo principalmente a la carne, y con menor énfasis en la producción de lana. Por esa razón las majadas que se trabajan son chicas promediando los 80 animales y de razas cruzas.

La esquila que se realiza es de tipo tradicional sin clasificación de la fibra y la venta, históricamente se efectivizó través de mercachifles o a pequeños acopiadores recibiendo un precio no acorde al producto entregado.

Esa ecuación logró modificarse a partir de 2014, mediante la organización de un grupo de productores que decidieron generar espacios de acopio tendientes a mejorar la comercialización de lo producido. En ese sentido, desde el valle conesino remarcan que este desarrollo es posible con la implementación del Programa nacional Prolana, que fuera creado con el propósito de asistir al productor lanero de todo el país para el mejoramiento de la calidad de la lana, de su presentación y condiciones de venta.

La comercialización conjunta y el agregado de valor permite que los productores obtengan entre un 65 y un 80 por ciento adicional en el precio de la lana en comparación con la venta individual y esquila tradicional.

Dentro de los requisitos del programa se encuentra la técnica de Esquila Tally Hi que implica que los animales se esquilen desmaneados, favoreciendo el bienestar animal y mejorando la postura del esquilador. Este sistema permite obtener vellones enteros sin “dobles cortes” mejorando la presentación de la lana. En cuanto a la infraestructura requerida se necesita un piso de fácil barrido para evitar la contaminación de la fibra.

Luego que la comparsa recorre todos los establecimientos, la lana ya clasificada al pie de esquila es transportada por los productores al centro de acopio que tiene lugar en un galpón de la Sociedad Rural. En este lugar la fibra es enfardada, siempre y cuando no se haya hecho durante la esquila, se registra su peso y se realizan dos tipos de muestreos para enviar a laboratorio.

Uno es el muestreo “de puño”, mediante el cual se obtienen datos de largo de mecha, punto de rotura y resistencia a la tracción, y el de “calado” que arroja resultados de finura, rendimiento al lavado, color y porcentaje de materia vegetal. Con los análisis objetivos de laboratorio -que permiten conocer la calidad de la lana- y la cantidad total acopiada se procede a realizar un concurso de precios y venta por licitación entre las empresas participantes.

Todos los fardos conforman uno o dos lotes según finura promedio y cada productor recibe su pago por los kilos entregados.

¿Qué es Prolana?

Este programa nacional fue creado con el propósito de asistir al productor lanero de todo el país para el mejoramiento de la calidad de la lana, de su presentación y condiciones de venta.

Ha sido desarrollado por organismos públicos y privados, nacionales y provinciales, y se instrumentó a través de la resolución 1139/94 de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos de la Nación (Sagpya) en diciembre de 1994.

Participan, y son beneficiarios de este Programa, los productores, empresas de esquila, esquiladores, acondicionadores y clasificadores de lanas en estancia, empresas laneras, institutos tecnológicos nacionales, gobiernos nacionales y provinciales.

Para asegurar una correcta presentación del producto el Programa exige la aplicación de las siguientes técnicas:

  • Esquila Tally –Hi: En este sistema de esquila el ovino no se manea, se esquila totalmente suelto, por lo que permite un mejor trato al animal y posiciones de trabajo más cómodas para el esquilador. Esta técnica también permite la obtención de un vellón entero, más fácil de desbordar, y disminuye la posibilidad de realizar “dobles cortes”, mejorando la presentación de las lanas. La esquila Tally – Hi prioriza la calidad a la velocidad de trabajo.

  • Acondicionamiento: Se desborda poniendo énfasis en la obtención de vellones limpios y libres de contaminantes, como lana pigmentada (negra, de lunares), coloreada (manchada por orina, con pinturas no lavables), con problemas de coloración (lanas amarillas), etc. Además, se evita la incorporación de toda clase de materiales extraños (arpilleras, plásticos, hilos, colillas, alambres). Asimismo, se separan los vellones en un mínimo de clases de lana dentro del lote, asegurando un grado de uniformidad aceptable dentro de cada clase, según lo establecido por el Prolana. Si el lote a acondicionar es excesivamente chico, se puede admitir para la categoría borregos exclusivamente, a criterio del responsable, la identificación de todos los vellones como AAA.

  • Envasado: se realiza en fardos o bolsones nuevos (de polietileno de 200 micrones de espesor mínimo, o de cualquier otro material aprobado por la Federación Lanera Argentina). Los fardos deben ser confeccionados con tres alambres como mínimo.