Genética y tecnología de semillas forrajeras para todos los ambientes

El INTA se ocupa del mejoramiento genético y domesticación de especies forrajeras templadas.

En Argentina, la base de la producción ganadera es el pasto, pero los campos con mayor potencial productivo están ocupados por la agricultura, desde hace más de 70 años el INTA se aboca a la tarea de desarrollar, mejorar y domesticar especies forrajeras para que puedan adaptarse a las principales regiones ganaderas del país.

Resumió Mariela Acuña, coordinadora interina del proyecto Mejoramiento Genético de Especies Forrajeras del INTA: “La ecuación es simple: Para contar con una buena oferta forrajera es necesario tener una semilla de calidad”.

Las gramíneas y leguminosas, tanto perennes como anuales, conforman recursos forrajeros valiosos porque aportan forraje de calidad y en cantidad y complementan la vegetación natural, que es el principal recurso de las regiones ganaderas del país.

El resultado de tantos años de trabajo para mejorar genéticamente a las especies forrajeras, llevó a la obtención y registración de más de 100 cultivares que permitieron la proyección de la ganadería hacia ambientes restrictivos y aportaron germoplasma para restaurar ambientes degradados.

Además, en la actualidad el proyecto de Mejoramiento genético de leguminosas y gramíneas forrajeras se enfoca en 28 especies: 21 poáceas –7 de ellas nativas–, 1 Maplighiaceae nativa y 8 leguminosas.

Fuente: Prensa INTA.