Investigan semillas híbridas de pistacho

Profesionales del INTA lograron la primera polinización artificial y desarrollaron una técnica para verificar su identidad genética.

En Argentina, las primeras plantas de pistacho germinaron de manera experimental en 1980 en San Juan, de semillas traídas de Irán, el principal productor junto a los Estados Unidos.

Para 2017, la superficie dedicada al cultivo de este fruto seco en la provincia de San Juan era de 776 hectáreas, en La Rioja de 200 hectáreas y en Mendoza de 32 hectáreas con crecimiento sostenido en las tres provincias.

Como todo frutal para fines productivos, el uso de portainjertos garantiza plantas adaptadas y resistentes y el más usado en la región era el híbrido interespecífico UCB-1, desarrollado en California, pero mediante un convenio de asistencia técnica entre el INTA La Consulta –Mendoza– y la empresa sanjuanina “Frutos del Sol SA”, investigadores del instituto lograron la primera polinización artificial para la obtención del híbrido UCB-1 en el país y pusieron a punto una técnica de biología molecular para verificar la identidad genética del portainjerto.

Christian Tarnowski, investigador del INTA La Consulta destacó: “Es la primera vez en el país que se estudiaron métodos de polinización artificial en un portainjerto de este cultivo y con un valor tecnológico agregado, debido a los estudios moleculares que garantizan su identidad genética. De este modo, la producción local de estas semillas evitará su compra en el exterior, lo cual podría incrementar la competitividad del cultivo del pistacho en la Argentina”.

Trabajo que derivó en un registro y tras dos temporadas consecutivas de ensayos -2018 y 2019-, también en un protocolo de cruzamiento controlado y eficaz para obtener semillas del preciado pistacho y producirlas localmente sin pagar royalties.

Fuente: Prensa INTA.