Los feriantes de festejo en su V aniversario

La feria de productores Nuehuen cumplió cinco años de presencia, todos los sábados, en la comarca de Río Colorado y La Adela. El emprendimiento que comenzó en 2013 con siete feriantes hoy tiene cerca de cuarenta y se sostiene en el tiempo gracias al trabajo colectivo y solidario de sus integrantes.

Con  la esperanza de culminar con los trabajos de acondicionamiento del predio propio, ubicado a metros de las vías del ferrocarril, los feriantes de Nehuen recibieron el pasado 10 de febrero el quinto aniversario en pleno carnaval.  Contaron con la participación de gran cantidad de público que además de hacer el pedido de fruta y verdura semanal, comprar miel, leña o productos artesanales, disfrutó de espectáculos culturales, sorteos y música desde las 10 de la mañana.

Luis Jara, referente de la feria, indicó que “ese sábado teníamos expectativas, aunque el tiempo nos jugó una mala pasada por la baja temperatura, la concurrencia y venta anduvimos bien, también teniendo en cuenta los tiempos que estamos viviendo, donde la economía está complicada”.

“Estuvimos todo el día, desde las 10 hasta casi las 21 horas y anduvo bien. Me hubiese gustado que viniese gente de otros lugares, pero no hay acompañamiento desde Agricultura Familiar nacional como para que nos aporte de alguna forma”, lamentó.

De los festejos, participaron integrantes de una murga de Bahía Blanca, que viajaron a  Río Colorado para participar en los festejos del Carnaval que se realizaron el domingo 11 de febrero; pero estuvieron en la localidad un día antes para estar presentes en la feria. También participó un grupo de teatro de Villa Regina.

En cuanto al armado de los nuevos puestos, Jara, refirió que se complicó culminar en 2017 porque se atrasaron en las tareas y comentó que están “planificando la bajada de luz y las estructura de los stands que esperamos dejar listos para este año. El predio nuevo nos da esperanza y alegría; por suerte la feria se mantiene en movimiento y están entrando y saliendo vendedores constantemente”.

Cuando comenzó a funcionar la feria Nehuen, eran solamente artesanos, algún verdulero y había gente que hacía panificados; luego se incorporaron los vendedores de plantas, de jabón líquido y jabones y fue cambiando de a poco. Igualmente siempre sin modificar el rubro, para que sea una feria de fruta, verdura, artesanías y cosas que se hagan artesanalmente o en forma cooperativa.

Desde la comisión de la feria surgió la idea de que pudiera abrirse al público no sólo una vez por semana y en ese sentido, Jara argumentó que la gente que es artesana, pero que su base económica se sostiene con otra actividad, “no puede venir más de un día a la feria, por eso no se extiende otra jornada en la semana. La idea era poder hacer miércoles y sábados, veremos si con el nuevo predio lo podemos hacer”.

Pasado, presente y futuro

Antes, los feriantes se quedaban sin mercadería porque vendían todo, ahora cambió y sobra al final del día. “Nos estamos manteniendo porque es muy buena la calidad de los productos que se venden y los precios se mantienen bajos”, indicó Luis Jara.

Por último, manifestó que la gente siempre acompaña y “por eso seguimos estando y uno de los desafíos de este 2018 es poder tener el predio propio listo y terminado para darle la bienvenida en el aniversario 2019. Primero se pensó en hacer un paseo de esculturas, pero se prevé la confección de bancos para que la gente se siente. Resta definir qué pasará con los vagones tanque del ferrocarril, si se van a trasladar a otro lado o serán pintados e intervenidos artísticamente”.

El nuevo predio que ocupará la feria, tiene 52 metros de ancho y 80 de largo, ubicado en Alberdi y Juan José Paso a la vera de las vías del ferrocarríl. En ese sector hay dos vagones tanque del ferrocarril sin utilizar y la idea es, según nos cuenta Luis, generar una actividad para realizar algún mural y dejar marcas culturales que hablen sobre la agricultura y sobre los pueblos originarios, dentro del predio ferial y que sea, además, un atractivo turístico.

Un poco de historia

Comenzaron a funcionar en una de las plazoletas del ferrocarril, en una zona lindante al barrio ferroviario, luego se trasladaron unos cien metros hacia otra plazoleta y también durante el invierno de 2016 funcionaron durante cuatro meses en el playón del club Villa Mitre debido a las inclemencias del tiempo en la época invernal.

En temporada alta, que comprende de diciembre a abril, entre mil quinientas y dos mil personas pasaban por los puestos de la feria todos los sábados y los feriantes, llegan a ser cincuenta en los meses de verano y en invierno se mantiene un plantel fijo de casi treinta puestos de venta al público.