El INTA destaca la necesidad de analizar el ciclo de vida de los productos y usarlo como agregado de valor genuino.
El ecodiseño es una estrategia que considera la variable ambiental como clave en la industria, que gana protagonismo a mayor demanda de sustentabilidad y trazabilidad de los productos que se consumen.
Por eso, entre el 28 y el 30 de octubre se realizó Ecodal, el 4° Congreso Latinoamericano de Ecodiseño, con auspicio del Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar (CIPAF) del INTA.
Raquel Ariza –una de las anfitrionas del Congreso y diseñadora industrial del CIPAF INTA– afirmó: “Desde la región, asumimos la importancia de pensar y gestionar desde el ecodiseño con la intención de tener un agregado de valor genuino para toda nuestra comunidad y para las próximas generaciones”.
El análisis de ciclo de vida (ACV) destaca como herramienta metodológica, que permite obtener información relevante para comparar el desempeño ambiental de las cadenas productivas, productos, procesos y servicios; que requiere de la intervención de múltiples disciplinas con impactos ambientales diversos, desde la explotación del suelo para la extracción de un mineral o un cultivo, los efluentes líquidos de los procesos productivos y la energía requerida para el funcionamiento durante la fase de uso.
Además de la contaminación producto del transporte en vehículos para su distribución y recolección como residuo, la contaminación al suelo, aire y agua producto de su disposición final y energía requerida para su reciclado.
Cúmulo de información destinada a planificar que un producto se consiga con el mínimo impacto ambiental y económico y apuntando a la economía circular, donde los subproductos o desechos de un sistema sean los insumos de otro, con el aporte de nuevas tecnologías de producción y comunicación.
Fuente: Prensa INTA.