Propician el engorde comunitario de terneros

Una cooperativa de pequeños productores rurales del MTE Rural ganó un proyecto de Inta ProHuerta para la realización de engorde comunitario en el Meridiano V.

Este proyecto de engorde comunitario agrupa a pequeños ganaderos excluidos de la región pampeana ubicados sobre el Meridiano V a la altura del Departamento Maracó, Provincia de La Pampa, y el Partido de Rivadavia, en la de Buenos Aires, que resistieron como pudieron el modelo sojero y conservaron sus pocas vacas y sus chacras.

Ellos crían sus vacas a pasto y recrían sus terneros también a pasto (hecho inédito), y en la etapa final se realiza un encierre para lograr la “terminación” que requieren los frigoríficos y los consumidores.

Casi el 100% de la carne vacuna que se consume en nuestro país proviene de feedlot donde el animal está toda su vida hacinado, y a su vez es manejado por grandes empresas. En este caso, este proyecto posibilita que el pequeño productor pueda seguir criando sus vacas a pasto y no se vea en la obligación de vender o alquilar su campo para la agricultura.

De este modo, el animal vive a campo la mayor parte de su vida. Es sabido que un campo ganadero es una de las producciones más ecológicas que existen hoy en día. Generalmente, se trata de producción mixta y no se agotan los suelos con siembra intensiva.

Se apuesta así a que el pequeño productor de animales pueda ser productor ganadero y no solo de conejos, chinchillas, pollos, entre otros, como generalmente se pretende o se alienta desde políticas públicas para el sector.

Con este proyecto se busca que la producción ganadera no sea solo territorio para los grandes productores.

Vale aclarar que no se trata de un feedloot donde hay muchas cabezas de ganados y pocos dueños. Acá hay muchos productores y muchas cabezas. Por ejemplo, entre varios productores que pueden ofertar en determinado momento 8-10 animales cada uno pueden completar una jaula (38-40 terneros) donde están comprometidas 5 familias y pueden negociar un mejor precio de venta.

Instalaciones
A partir de ganar la convocatoria de proyectos especiales de INTA ProHuerta 2018 el espacio ya cuenta con mixer, tractor, silo, comederos y chimango para movimiento de granos.

Los primeros productores que ya acercaron sus animales se encuentran en un sector de un campo de un pequeño productor integrante de la cooperativa que cedió temporalmente el terreno hasta conseguir uno propio.

Los productores de la zona pueden llevar sus animales al encierre sin importar cuántos sean, solo los dejan. Por caso, pueden llevar de a 3 o 4 para engordar, o llegar con 10 terneros chicos, y así cada uno lleva lo que tiene o lo que puede. No se cobra nada en el momento, y siempre tienen la tranquera abierta para ir a ver cómo va todo.

Con relación a cómo se cobra el servicio, unos diez días antes de cargar el camión se llama al productor para avisarle que ya tiene listos los animales. Ahí el productor comercializa el animal con quien quiere, al precio que a él le parezca bien. En ese plazo se acerca al espacio y la Cooperativa de Pequeños productores rurales cobra el canon.

Lo que se cobra como canon es la hotelería, la sanidad y el alimento, pero lo importante es que se paga en el final del proceso de engorde y a la venta del animal. Si un productor no tiene dinero en el momento, o en caso de sequía y no tiene alimento, el encierre comunitario le permite no abandonar la actividad ganadera.

El sistema financia al productor durante todo el período de engorde, y por otro lado, sirve para que pequeños productores no pierdan terreno ni rentabilidad, pese a las malas condiciones climáticas o economicas que puedan afectar a la región.

Antecedentes
Existen antecedentes de engorde comunitario en Río Colorado, Provincia de Río Negro. La idea nació durante los largos años de sequía sufridos por la región patagónica durante la década pasada.

En Pichi Mahuida, un departamento provincial recostado sobre el Río Colorado, en el límite con La Pampa, el fenómeno fue tan dramático que la cantidad de vientres bovinos se redujo de 100 mil a solo 30 mil en muy poco tiempo.

Hacia 2008 los productores intentaron de todo para evitar el desmadre de la ganadería en los frágiles campos de secano, que apenas tenían pasto. Impulsaron el destete precoz, repartieron maíz, entregaron créditos muy baratos con tasa subsidiada. Pero nada alcanzaba para retener stock en la región. Las vacas se vendían a solo 200 pesos. Por ese entonces, el ingreso por esa vaca equivalía a cargar el tanque de la chata con gasoil.

Entonces apareció la idea del “encierre comunitario” entre los productores de la Sociedad Rural de Río Colorado. Uno de ellos donó 20 hectáreas de campo o “monte crudo”,

El engorde se puso totalmente en marcha en 2013, con un aporte de un millón y medio de pesos del gobierno nacional, que sirvió para comprar el primer alimento, y otro de 750 mil pesos del gobierno provincial, que alcanzó para adquirir un mixer y un tractor.

En principio, los productores enviaban allí a sus terneros destetados para que las vacas pudieran tener más chance de sobrevivir sobre los campos secos.

Pero a partir de 2013, cuando se extendió hacia esa zona al área libre de aftosa sin vacunación, el feedlot cobró un sentido mucho más amplio, porque ya no tenía sentido económico mandar los terneros hacia el norte del Río Colorado y comenzó a ser rentable terminar los animales localmente para proveer de carne con hueso a la Región Patagónica.