Relevan incendios ocurridos en la temporada 2018-2019

Si bien se han presentado numerosos focos de incendio, éstos no han sido de una magnitud tan grande como periodos anteriores.

La primavera del año 2018 fue particularmente húmeda, presentando lluvias superiores a lo normal hasta el mes de diciembre y temperaturas máximas no tan extremas, favoreciendo el crecimiento de los pastos y prolongado su estado vegetativo.

La mayor incidencia de fuegos fue en enero y febrero de este año, cuando se presentaron tres factores naturales predisponentes: abundante pasto seco, tormentas eléctricas y altas temperaturas. A estos casos también se sumaron algunas quemas controladas de productores hacia fines de febrero y principio de marzo.

A principios de febrero de este año se publicó el mapa de acumulación de biomasa para el este del monte oriental, que permite inferir el grado de riesgo de incendios en toda esta región según la cantidad de pasto acumulado hasta diciembre 2018.

Desde las agencias de Extensión Rural del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), en la medida de lo posible, se hacen recorridos a campo que permiten conocer la situación del pastizal en el monte, además de intercambiar información con los productores con los cuales se vinculan.

Dadas las condiciones climáticas presentadas durante la primavera y observándose un importante crecimiento de la vegetación durante las recorridas a campo y los informes de los productores, se esperaba que la incidencia de incendios fuera alta durante esta temporada estival.

Esta diferencia puede deberse a que la incidencia de las tormentas eléctricas han sido mucho menores en el transcurso de esta temporada. Dos aspectos a resaltar son el esfuerzo de los brigadistas (Bomberos Voluntarios, SPLIF y Defensa Civil de Río Negro), como también el trabajo previo de los productores en la limpieza y mantenimiento de picadas, lo que fue fundamental en el control de los focos, evitando que se incremente el área afectada.

Es de suma importancia estar prevenidos cada temporada ante las situaciones de riesgo de manera de poder evitar pérdidas en caso de que los incendios se hagan presentes.

Como cierre de esta nota, técnicos del INTA desarrollaron una aplicación web que calcula online y en tiempo real el índice meteorológico de peligrosidad de incendio. Se puede consultar en https://bit.ly/2UPKJTP.

Se trata de un índice meramente climático que no contempla la cantidad de materia seca acumulada, el combustible fino, la intervención antrópica u ocurrencia de tormentas eléctricas, entre otros factores. Sólo nos permite conocer la peligrosidad de las condiciones meteorológicas.

Historicidad
Registros fósiles e históricos revelan la ocurrencia periódica de fuegos en pastizales de todo el mundo (Defossé y Urretavizcaya, 2003). El pastoreo, si no es bien manejado, reduce la acumulación de plantas herbáceas (combustible fino) y favorece el desarrollo de especies leñosas (Cecchi y Kropfl, 2002). De esta manera se  disminuye no solo la productividad de los pastizales, sino también la frecuencia de fuegos naturales por largos periodos de tiempo.

La acumulación de combustible por varios ciclos de crecimiento hace que los incendios accidentales tengan consecuencias negativas sobre los ecosistemas. En el monte de secano del noreste rionegrino es más frecuente la presencia de estos sucesos durante la temporada estival.

El fuego necesita de tres factores para existir: combustible, calor y oxígeno, que siempre se encuentra presente en los sistemas naturales del monte.

El factor iniciador de un fuego puede depender tanto de factores climáticos (rayos) como antrópicos (fósforos, vehículos calientes, vidrios, latas, etc.). Las acciones del ser humano pueden favorecer el inicio de focos de incendio y su propagación cuando no se toman los recaudos suficientes antes de iniciar una quema o por ausencia de acciones que ayudan a contrarrestar dichos sucesos (mantenimientos de picadas, realización de contrafuegos, etc.).

En el caso de los pastizales naturales en el monte, el factor combustible son los pastos y ramas finas con baja humedad. Su acumulación depende principalmente de factores climáticos como lluvias y temperaturas.

Fuente: Agencia de Extensión Rural INTA Río Colorado.