Revalorizan la lana en valles norpatagónicos

El valor actual de la lana y el cambio de la moneda extranjera vuelven a la producción ovina una actividad muy atractiva. La organización de los productores acompañados por el INTA, para realizar la esquila, acondicionamiento y venta conjunta ha dado muy buenos resultados en los valles de Río Colorado, Conesa y San Javier.

Desde principios de siglo Río Negro se caracterizó por ser una provincia con fuerte enfoque en la producción ovina. Sin embargo, al observar la evolución del stock ovino de la última década, según datos de SENASA, se calcula que se perdió el 40% de las cabezas. Diversos factores como sequía, cenizas volcánicas y depredación podrían explicar esta disminución.

Los valles irrigados, sin embargo, presentan una dinámica productiva diferente al resto de la provincia, donde se observa un aumento del stock. Se caracterizan por poseer mayor disponibilidad forrajera, permitiendo a los productores y productoras intensificar y diversificar la producción, generando un mayor grado de sustentabilidad, a partir de la inclusión del ovino a los sistemas.

En este sentido, muchos productores han decidido mantener parte de su majada, con el objetivo de obtener carne para consumo familiar y como estrategia para superar las crisis económicas. Estos productores se caracterizan por poseer majadas chicas, con menos de 200 animales, escasa tecnificación y la mano de obra empleada es exclusivamente familiar.

Con relación a la esquila, se realiza de manera tradicional (con animales maneados) y sin clasificación de la fibra, acopiando la lana en bolsones de arpillera. La comercialización se lleva a cabo a través de mercachifles o de pequeños acopiadores percibiendo valores bajos, no acordes al producto entregado. Y, en algunos casos, la lana es regalada o quemada.

A partir de 2014, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) trabaja conjuntamente con Prolana, Ley Ovina de Río Negro, sociedades rurales y municipios, para poder revalorizar este producto y fortalecer los procesos grupales de productores dedicados a la actividad ovina. En este contexto, se formaron distintos grupos, uno de ellos “Esquila y acopio conjunto de pequeños productores de Conesa”, acompañado por la veterinaria Mariana Dacal de la Agencia de Extensión Rural (AER) INTA Conesa y “El vellón”, en San Javier, asesorado por el ingeniero agrónomo Juan Antenao, de la EEA INTA Valle Inferior, ambos con más de 5 años en funcionamiento.

La difusión y el intercambio de estas experiencias impulsaron el desarrollo de iniciativas similares en la región. En este marco, durante el año 2018 se conformó en Río Colorado el grupo “Lanas del Colorado”, coordinado por la ingeniera agrónoma Antonia Devesa, de la AER INTA de esa localidad, y recientemente en Chichinales y Choele Choel se constituyó una comisión técnica interinstitucional que persigue los mismos objetivos.

De esta manera, la organización de los productores y productoras de forma más eficiente, llevó en términos de operatividad al desarrollo de todo el proceso -esquila, acondicionamiento, acopio y venta colectiva de la fibra-.

Datos
● 70 son las familias vinculadas y beneficiadas en los procesos productivos a través del trabajo grupal e interinsititucional.
● 3 son los centros de acopio que comercializaron en la última zafra 49 toneladas, obteniéndose valores desde 3,27 dólares en la lana más gruesa (27 micrones) hasta 8,50 dólares en las más finas (20 micrones).

La adopción del programa Prolana permitió, junto a los extensionistas, asistir a productores, mejorar la calidad de lana, agregando valor a través del acondicionamiento y enfardado, logrando una mejor presentación y trazabilidad del producto. El proceso también implicó la diferenciación de lotes con su respectiva toma de muestras para análisis, objetivos de calidad, realizado en todos los casos por el laboratorio de fibras textiles de Inta Bariloche, insumo necesario para el armado de concurso de precios y licitación.

El agregado de valor y la venta conjunta de lotes produce un aumento en el volumen, generando un mayor interés en las firmas compradoras, resultando en mejores valores percibidos por el/la productor/a.

Estos procesos contribuyen a obtener una mayor rentabilidad de los sistemas ganaderos mixtos, y también presentan oportunidad para fortalecer el acompañamiento técnico que permita mejorar a través de prácticas de manejo, sanidad y mejoramiento genético, sus índices productivos.


Testimonios
“Al agruparnos mejoramos los precios de venta de la lana, bajamos los costos de esquila y logramos mejor precio en la compra de reproductores” (Nélida Maciá, productora del grupo Lanas del Colorado).

“Con el grupo de la lana, acompañados por el INTA logramos revalorizar la cría del ganado ovino, mejoramos las ofertas de mercado y nos reencontramos con buenos amigos ganaderos” (Cristina Albizúa. del grupo Lanas del Colorado).

Fuente: Prensa INTA.