Una apuesta al trabajo colaborativo

Se desarrolla desde el mes de julio un proyecto de engorde colectivo de cerdos en Colonia Conesa elaborado y coordinado por la veterinaria Mariana Dacal. El objetivo es que los productores dedicados a esta actividad puedan mejorar la eficiencia del sistema de producción primaria y fortalecer la cadena porcina local, pensando en la comercialización.

La Agencia de Extensión Rural (AER) General Conesa del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta), comenzó en julio pasado, con el desarrollo de un proyecto de Engorde Colectivo de Cerdos (ECC) elaborado por la veterinaria extensionista de esa unidad, Mariana Dacal.
El proyecto tiene como objetivo, específicamente, mejorar la eficiencia del sistema de producción primaria, enmarcado en una finalidad mayor tendiente a fortalecer la cadena porcina local y apuntar a una mejora de la comercialización de esos animales.
El emplazamiento del engorde tendrá lugar en un predio que posee una superficie de cuatro hectáreas en Colonia Conesa, ubicado a unos siete kilómetros de la zona urbana de General Conesa. Según indican desde el Inta local, el establecimiento posee luz y agua y estará a cargo del grupo de productores que arrendaron el lugar para poder producir cerdos.
La estrategia de intervención planteada para este ECC, apunta al “desarrollo de un ciclo de engorde y comercialización de capones llevados adelante colectivamente por los miembros de la Asociación Civil Productores Patagónicos Unidos (Acppu), la AER General Conesa y el Programa Prohuerta.
En este sentido, se fabricó un túnel de cama profunda de 6 metros por 4 metros, que tendrá capacidad para albergar a 16 animales, con una infraestructura desmontable constituida principalmente por hierro. Con el fin de minimizar los riesgos sanitarios y para esto, se eligió el modelo de manejo denominado “todo adentro todo afuera” con ingreso de animales de un mismo origen. En ese sentido, la recepción de lechones de destete, con un peso vivo promedio de 7 kilogramos, se realizará en el predio donde está instalado el túnel.

Período de engorde

Durante el periodo de engorde, que tiene una duración de cuatro meses y medio, los animales consumen alimento balanceado para cubrir los requerimientos de las etapas denominadas “crecimiento y terminación”. En ese período, cuentan con agua a disposición, aportada a través de la aplicación de un sistema por chupete y el alimento balanceado se ofrecerá en comederos, según categorías, previendo un banco de alimento para el tiempo que compone el ciclo.
Paralelamente los animales reciben tratamientos sanitarios preventivos y terapéuticos según necesidad y, “cuando el lote alcance un peso vivo de 50-60 kilogramos, porker, o 100-110 kilogramos, capones, según demanda y, obtención de precio diferencial en caso de los porkers, serán enviados a faena en matarifes locales o provinciales y comercializados respectivamente”, explica Mariana Dacal.
Asimismo, durante todo este proceso se lleva adelante un registro de peso vivo y consumo de alimento, para el cálculo de eficiencia de conversión en cada etapa y cada semana se registra la temperatura del sistema para ajustar manejo de la cama y ventilación. Cuando sea posible se realizará medición de grasa dorsal sobre res.

Partiendo de un análisis del sector
Según explica Dacal, en el Valle de Conesa la producción de cerdos, como alternativa productiva, tuvo un impulso importante en los últimos cinco años. Dicha producción es llevada adelante por familias rurales con pequeñas superficies y de escaso capital de trabajo.
Durante estos años hubo una mejora en aspectos tecnológicos, de infraestructura, genética, sanidad, reproducción y alimentación, cuestión que es necesario profundizar.
La cadena requiere mejoras en aspectos de faena y comercialización. Actualmente hay solo 3 frigoríficos de tránsito provincial, lo cual condiciona la comercialización.
La producción de carne porcina aprovecha la oportunidad generada por la definición de la región como Zona Libre de Aftosa sin Vacunación al sur del Río Colorado, cuestión que impide la entrada de reses completas con hueso, aunque recientemente se puede ingresar carne deshuesada.
Desde el punto de vista de la organización hay productores que se han conformado formalmente y llevan adelante como forma jurídica la de la Asociación Civil Productores Patagónicos Unidos.
Este grupo de productores ha participado de un operativo de comercialización de cerdos al Mercado de Bariloche, realizado durante el pasado año. Actualmente están comprometidos con la Iniciativa de Desarrollo de la Microregión de General Conesa, que busca generar un plan de desarrollo rural y mejora competitiva de las cadenas de General Conesa. La cadena de la carne porcina ha sido priorizada y se están generando proyectos específicos, a ser financiados y realizados en conjunto.
En ese sentido, el panorama descripto implica que la producción porcina rionegrina, incluida la de General Conesa, se encuentra en un momento de desarrollo y consolidación, exigiendo la optimización productiva para lograr un producto competitivo.
Un punto a tener en cuenta es que el 60 por ciento de la faena nacional de cerdo es generado por grandes productores que poseen el 40 por ciento de las madres, mientras que el 40 por ciento restante proviene de establecimientos de pequeña y mediana escala que reúnen el 60 por ciento del capital reproductivo y, a su vez, representan el 95 por ciento del sector. Debido a su impacto global, técnicos del INTA recomiendan esquemas integrados de agricultura y ganadería porcina para incrementar la eficiencia y sostener los resultados del negocio económico.

Donde reside la importancia del proyecto            

Desde la AER Rural de INTA, y puntualmente enmarcados en el proyecto elaborado y asistido por Mariana Dacal, se sostiene que “la mejora de la productividad en el proceso de engorde, desde lechones hasta porker y capones, aparece como necesaria para apuntalar la competitividad en el eslabón productivo de la cadena”.
En ese sentido, Dacal, puntualiza que los índices productivos, tales como la “eficiencia de conversión, días a terminación, calidad de la carcasa y de la carne, requieren ser mejorados en su conjunto, para obtener rentabilidades adecuadas y productos exigidos por el consumidor. La mejora identificada implica modificar pautas de selección de los animales de las piaras existentes, modificación del sistema de engorde incluyendo tipo y manejo de la alimentación y uso de infraestructura adecuada y de bajo costo”.
Por esa razón es que con el proyecto del engorde colectivo de cerdos, se propone un modelo productivo, para la etapa de engorde, que permita “maximizar la producción logrando lotes homogéneos de animales de buena calidad que puedan comercializarse en conjunto diluyendo costos de transporte en pie y frío, logrando identificar y mantener canales de venta formales”.
La tecnología aplicada a este sistema de engorde, es el ya mencionado túnel de cama profunda, que adaptada a la región se enfoca en pequeños productores, ya que la hace rentable y económica en cuanto a su construcción. Si bien es aplicada por productores del este rionegrino, tiene origen en la Estación Experimental del INTA Valle Inferior, organismo del cual depende la extensión de General Conesa.
Por último, se espera que la implementación de este proyecto colabore con la sustentabilidad económico-social de los integrantes del grupo de productores porcinos y su posicionamiento en la actividad regional.