La forestación como sinónimo de empleo y transitabilidad

La Agencia Ambiental del distrito de Villarino impulsa el fortalecimiento del vivero municipal Argerich, cultivando diversas especies de árboles que se plantarán en las rutas nacionales 3, 22 y caminos rurales. De esta manera, como política municipal se pretende generar puestos de trabajo a la vez de generar mejores condiciones de transitabilidad de las rutas.

La celebración del Día Mundial Forestal -21 de marzo- obliga en Villarino a una mirada hacia las características propias de su territorio, por cuanto la desertificación supone el mayor desafío para el manejo sostenible de la tierra ante el cambio climático.
A partir de la creación de una Agencia Ambiental, en la gestión Bevilacqua, se pretende promover “la remediación ambiental, la sustentabilidad y la lucha contra la desertificación a través de programas de fortalecimiento de la Unidad Vivero Argerich y de implantación de cortinas y montes forestales en las rutas nacionales 22 y 3 sur, unidades productivas y caminos rurales con un enfoque ambiental y ecosistémico, orientado a la recuperación y preservación de servicios ambientales básicos buscando generar mayor resistencia de los sistemas socio-productivos locales”, consignan en la página web del municipio.
Esta idea fuerza se traduce en el spot publicitario municipal -difundido también en la web- que trasmite que “vamos a reforestar para reducir el viento, para mejorar la humedad del suelo, recuperando la tierra y generando así puestos de trabajo”.
En este sentido, en enero se anunció la incorporación al vivero forestal de Argerich de 50 trabajadores, a través de un programa de inclusión social con trabajo genuino bajo la modalidad de una cooperativa de trabajo, quienes se capacitarán primero en técnicas necesarias para trabajar en pos de combatir la desertificación y específicamente en lo relativo a la implantación forestal.
Por otra parte, el anuncio del “Programa de Implantación de Cortinas y Montes Forestales en las Rutas Nacionales, Caminos Rurales y Unidades Productivas” estuvo a cargo del intendente Carlos Bevilacqua, acompañado de autoridades de nivel nacional, provincial y local.
Carlos Bevilacqua destacaba en ese entonces que “cuando asumimos el 10 de diciembre, planteamos desafíos y por ello creamos la Agencia Ambiental, la primera vez en la historia del distrito. Me parece que es un hito el hecho de poder comenzar este programa, de poder otorgar impulso a un vivero forestal de alcance nacional y poder ponerle este dinamismo al vivero que abastece distintas partes del país”.
“Con forestación podremos cambiar la realidad ambiental que sufrimos en la región y nuestro distrito”, se esperanzó el jefe comunal.
El “Programa de implantación de Cortinas y Montes Forestales en las Rutas Nacionales 22 y 3 Sur” y el “Programa de Implantación de Cortinas y Montes Forestales en Unidades Productivas y en Caminos Rurales”, posibilitados por el Proyecto  “Aumentando la Resiliencia Climática y Mejorando el Manejo Sostenible de la Tierra en el Sudoeste de la Provincia de Buenos Aires”, tienen por objetivo financiar la implantación de, al menos, 10 mil ejemplares en el plazo de dos años.
La transitabilidad de las rutas nacionales 3 y 22, circuitos de transportes de productos, bienes y servicios provenientes o con destino a la Patagonia, es uno de los objetivos que motiva este plan. Asimismo, la forestación de caminos rurales pretende mejorar las condiciones microclimáticas aledañas por aumento de la biodiversidad.

Plantación profunda de álamos
Como estrategia de articulación entre los municipios del sudoeste bonaerense y organismos provinciales y nacionales, se lleva adelante un Proyecto de Investigación Aplicada de “Evaluación de clones de álamo implantados a raíz profunda en potreros sin riego superficial del área bajo riego del Valle Bonaerense del Río Colorado, para su utilización en sistemas silvopastoriles”.
El proyecto está dirigido por el ing. Luis Caro, docente e investigador de la Universidad Nacional del Sur y cuenta con la participación y colaboración del Consorcio Hidráulico, la Estación Experimental Agropecuaria H. Ascasubi del Inta, el municipio de Villarino, la Subsecretaría de Recursos Forestales de la provincia de Buenos Aires y la Corporación de Fomento del Valle Bonaerense del Río Colorado (Corfo).
La plantación de álamos a raíz profunda, sin riego superficial, es una técnica muy utilizada en otras regiones del mundo con características edafoclimáticas similares, como el valle del río Duero en España, con más de 75.000 hectáreas forestadas bajo esta modalidad.
La utilización de esa técnica permitiría incorporar miles de hectáreas a la forestación, sin competir con los cultivos predominantes en la zona de riego del Valle Bonaerense del Río Colorado, así como en la zona de secano del distrito de Villarino.
Los investigadores plantean que “el ajuste de esta técnica de plantación permitirá poner a disposición de productores pequeños, medianos y grandes, una alternativa de diversificación para los potreros de secano de la zona de riego, no sólo incorporando la forestación, sino mejorando la performance de la actividad ganadera a través de la mejora de las condiciones microclimáticas”.
De manera adicional, sostienen, “el incremento de la superficie forestada permite inferir la factibilidad de desarrollo de un complejo forestoindustrial con el consabido agregado de valor y la generación de puestos de trabajo de calidad”.

La desertificación es la degradación de las tierras que las variaciones climáticas y las actividades humanas generan en las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas. Afecta al 41 por ciento de la superficie global y se espera que para el año 2050 dicha cifra se eleve a un 70 por ciento. Hoy enfrentan este flagelo más de 2.940 millones de personas, esto es, el 42 por ciento de la población mundial y el 22 por ciento de la producción global de alimentos.
Argentina es el octavo país más extenso del mundo y el sexto en mayor superficie de zonas áridas, semiáridas y secas: el 75 por ciento del territorio, alcanzando el destino de 16 provincias y del 33 por ciento de la población total. Sin embargo, allí se genera el 50 por ciento de la producción agrícola y ganadera, lo cual acentúa su vulnerabilidad a las consecuencias del calentamiento global. El 20 por ciento de la población argentina ya se desplazó de las zonas áridas a regiones húmedas, entre otros motivos, por la degradación de la tierra y la desertificación.
En las zonas áridas, los efectos nocivos del cambio climático se agudizan y la frecuencia e intensidad de la sequía es mayor, ya que el aumento de temperatura en algunas zonas provoca mayor evaporación del agua. Con menos humedad atmosférica, la vegetación está más seca y los incendios son más destructivos. Así, la desertificación, a su vez, se convierte en una causa más del cambio climático.
Son 12 los partidos bonaerenses afectados por fenómenos de desertificación, un cuarto de la superficie total de la Provincia de Buenos Aires. En el caso del partido de Villarino, la degradación de tierras en zonas áridas y semiáridas expuestas a procesos de desertificación supone el mayor desafío para el manejo sostenible de la tierra en el marco de la adaptación a la variabilidad y el cambio climático. Sus suelos, especialmente los destinados a la agricultura son los más vulnerables dado que por su fragilidad biofísica y como consecuencias de actividades humanas, muestran severos procesos de desertificación y bajos niveles de capacidad de recuperación. Dadas las oscilaciones entre períodos húmedos y períodos secos relativamente extensos, se instaló un círculo vicioso entre los siguientes factores: uso del suelo, sequía, erosión eólica, inundación, erosión hídrica, compactación, salinización y desertificación.