Especialistas del INTA analizan cómo avanzar en la sustentabilidad de los sistemas ganaderos argentinos y enumeran herramientas que podrían contribuir en el mejoramiento del manejo actual.
Últimamente, la gestión ambiental de las producciones y los aspectos higiénicos y sanitarios de los alimentos que se consumen cobraron protagonismo y las exigencias de los mercados se multiplican demandando no sólo calidad, sino también una gestión del ambiente responsable, mayores controles sanitarios y productos libres de sustancias sintéticas.
Para el especialista Aníbal Pordomingo –referente en ganadería del INTA: “Los sistemas ganaderos bovinos tienen varios atributos que en la ganadería argentina son particulares e interesantes a nivel global, en tanto nos referimos a una plataforma muy amplia de producción que va desde su gran geografía hasta la diversidad de condiciones climáticas”.
“La ganadería puede ser parte del problema, pero también parte de la solución, es decir que tiene la oportunidad de generar negocios y participar de la diversidad territorial con diferentes improntas regionales”.
Sobre todo porque la ganadería argentina es mayormente de bajos insumos y no intensiva, ya que el 80 % de la carne o de la cantidad de energía para obtener un kilo de carne de góndola tiene origen en pastizales y pasturas y no necesariamente en el corral, que suele verse como imagen final.
Sobre las claves para una ganadería exitosa desde el punto de vista de sustentabilidad, se explicó que los bovinos emiten carbono, pero con el manejo de pastura adecuado se puede capturar en raíces y biomasa subterránea y de cobertura casi tanto como el emitido.
Además los corrales ayudan a modular la carga de los sistemas y no caer en sobreuso de pasturas convirtiendo al corral en una herramienta de gestión de carbono y no emisión, porque evitan el sobrepastoreo.
Fuente: Prensa INTA.