Presentan estrategias con enfoque agroecológico para cuidar los cultivos

Consiste en una serie de acciones a realizar para terminar con la presencia de los caracoles y las babosas en la huerta y en las plantas de los jardines.

Ante la disminución de las horas de luz solar propias de los meses de otoño, sumado a las bajas temperaturas y las lluvias, se dan condiciones muy apropiadas para la actividad de caracoles y babosas. Por ello, un equipo de la Estación Experimental Agropecuaria Anguil presentó una serie de recomendaciones con un enfoque agroecológico para implementar y mermar sus efectos dañinos.

En primer lugar proponen preservar a los enemigos naturales de este tipo de moluscos, como lo son sapos y ranas, tortugas, escarabajos, gallinas, patos y pájaros, permite regular las poblaciones de caracoles y babosas. También el utilizar riego por goteo y regar en la mañana temprana para lograr que se restrinjan al máximo las zonas húmedas, y asociar plantas que repelen a los caracoles y babosas, con aromáticas como romero, lavanda, mostaza, salvia u ornamentales.

Por otro lado, existen plantas que sirven como refugio o alimento, tales como sansivieria, lazos de amor, crasas, acelga y remolacha, por lo que es beneficioso observarlas y revisar los sitios más sombríos y húmedos de los alrededores de la huerta, y remover la tierra en estos lugares porque es donde más probablemente depositen sus huevos, lo cual provocará su desecación y es una forma más de controlar dicha población.

En caso de determinarse que el ataque es serio, pueden implementarse barreras y trampas a los fines de disminuir el efecto dañino. Para lograrlo, recomiendan atraer a los moluscos, con cerveza o preparado de agua, azúcar y levadura, a determinados sitios para luego recolectarlos manualmente es posible. También se puede empapar un trapo con cerveza o leche, o con cáscaras de papas semienterradas o cáscaras de naranja, para luego recoger los caracoles y babosas que fueron atraídos. Es importante revisar las trampas diariamente, por la mañana temprano, o por la noche.

Otra estrategia es utilizar barreras que impidan el acceso a las plantas cultivadas, como rodear los cultivos con cintas de cobre durante la época que mayor actividad presentan, o espolvorear cenizas, arena, tierra de diatomeas o polvo de cáscaras de huevo alrededor de las plantas cultivadas. Esto funcionará mientras permanezcan secas, una vez que esta barrera se humedece pierde su efecto.

Asimismo sugieren repeler a los moluscos con preparados caseros, como puede ser un macerado de 4 dientes de ajo triturados en un litro de agua hirviendo. Dejar reposar todo un día, colar y diluir esa preparación en un litro de agua. Aplicar pulverizando sobre las plantas atacadas.

Su rol en el ecosistema

Sin embargo, pese a las recomendaciones, afirman que es primordial reconocer el rol de estos moluscos en el ecosistema huerta-jardín, ya que forman parte de la cadena alimenticia de otras especies, como aves o reptiles, y su desplazamiento también contribuye a la vida en el suelo, por lo que su presencia en niveles poblacionales equilibrados es importante.

Además, una de las especies más difundidas, Helix aspersa, es un producto gastronómico apreciado internacionalmente, así como la baba de caracol es utilizada en la cosmética para la elaboración de cremas, lociones y geles con propiedades cicatrizantes y humectantes. A partir de estas utilidades se desarrollan emprendimientos en distintas partes del mundo.

Fuente: Analía Gopar, Omar Melis y Marcelo Real Ortellado para EEA Santa Rosa