Difunden recomendaciones para el momento de la poda

Para realizar una buena poda, sostienen la importancia de cuidar el arbolado urbano y tomar conciencia de la necesidad y función que cumplen los árboles para el medio ambiente.

Los meses de otoño e invierno son el momento ideal para realizar la poda en árboles porque en esta época se produce un descenso en el metabolismo de las plantas, y el impacto de cortar una parte de su estructura leñosa es menor. Pero antes, debemos despejar todos los interrogantes sobre esta práctica para no cometer errores y dañar las especies.

La ingeniera agrónoma Soledad Eugini y el ingeniero agrónomo Sergio Ziaurriz, de la Agencia de Extensión Rural de INTA Villa Regina, elaboraron una serie de recomendaciones para evitar errores comunes sobre la práctica.

En primer lugar, mencionaron el mal hábito te podar árboles y arbustos anualmente ya que esto perturba el normal desarrollo de las plantas y, a pesar de la capacidad de los vegetales de reponer rápidamente las partes amputadas, lo hacen a costa de su salud. La práctica implica la eliminación de algunas partes de la planta con diferentes finalidades. ”Según sus propósitos se puede realizar en cualquier época del año, pero se debe definir bien cuál es su objetivo”, afirmó Eugeni.

Además, agregó que “en nuestra región vinculamos directamente esta práctica a la época invernal, tanto por nuestra cultura de economía regional, con la característica poda de los frutales de pepita y carozo, como también por la época de poda habilitada por el municipio de los árboles de nuestras veredas, en el periodo del 01 de junio al 31 de julio de cada año. Pero también hay que saber que se pueden realizar podas en primavera, verano y otoño teniendo bien en claro qué es lo queremos lograr en la planta finalmente. En el caso de la poda de los árboles de los espacios públicos, como las veredas, siempre hay que pedir autorización al municipio”

Sin embargo, durante el invierno se dan determinadas características que evitan causarle un gran daño a los árboles tales como altos niveles de reserva de alimentos, lo que favorece una buena cicatrización, la savia circula lentamente, lo que evita el derrame, la corteza es muy dura y evita el desgarre, y, en el caso de las caducifolias, puede observarse mucho mejor la forma y disposición de las ramas.

Tres tipos de poda

A partir de la determinación del momento en el que se va a realizar, y teniendo en vista los objetivos, los especialistas presentaron tres tipos de poda: La de formación es aquella que se realiza en la temprana edad del ejemplar, en el vivero, para brindarle las mejores condiciones para que exprese su morfología propia, con una estructura equilibrada y fuerte.

La poda de mantenimiento, con el objetivo de mantener el vigor y la sanidad de la planta, estimulando el rebrote y reemplazo de estructuras dañadas o envejecidas, respetando la forma natural de esa especie. Por último, la poda de rejuvenecimiento que suele ser más intensa en cuanto a la cantidad de material removido, ya que la finalidad suele ser mitigar daños provocados por tormentas o heladas, reacondicionar plantas abandonadas o asilvestradas, y el motivo más frecuente es minimizar nuestros errores en la elección y ubicación de una determinada especie.

La ingeniera Soledad Eugeni señaló que los métodos de poda tradicionales que se emplean en fruticultura parten de otras premisas y tienen otros objetivos, por lo que no se pueden aplicar en la poda de las plantas ornamentales y/o forestales. “En el caso de los frutales, la poda tiene como propósito lograr estructuras vegetativas y reproductivas que permitan su entrada en producción en el menor plazo posible; obtener cosechas regulares todos los años y producir máxima calidad y cantidad de fruta, por lo tanto, claramente el objetivo es otro”, indicó la profesional.

Consecuencias de una poda incorrecta y drástica

La cantidad de material vegetal que se puede remover dependerá de la finalidad de ese árbol o arbusto, y también dependerá del tamaño, la especie y la edad. Además, resaltaron como importante saber que un árbol se puede recuperar más rápidamente cuando es sometido a varios cortes de ramas pequeñas, que cuando se lo somete al corte de una sola rama de gran tamaño.

Cuando se le quita al árbol una de sus partes fundamentales para vivir, éste se defiende para poder sobrevivir a esa remoción intentando recuperar sus ramas y hojas, y de esta manera con la llegada de la primavera rebrota vigorosamente utilizando sus sustancias de reserva.

Con las sucesivas podas drásticas, conocidas como “mutilación”, el árbol intenta recuperarse y brotar a expensas de sus reservas. “Esto genera un agotamiento de sus reservas limitando además la fotosíntesis, lo que significa menos alimento”, explicó la ingeniera y agregó que “menos alimento se traduce en no poder mantener su copa, su tronco y sus raíces, con un estado de debilitamiento haciendo cada vez más vulnerable al ataque de plagas y/o enfermedades sin ningún beneficio para la planta”

Por lo tanto, antes de cortar se debe considerar que la práctica de poda se puede realizar desde que caen las hojas hasta cuando se hinchan las yemas. “En plantas de vereda, primero se considera podar las ramas más bajas, que puedan molestar a los transeúntes, luego aquellas ramas que interfieran con el cableado y posteriormente, las que se encuentren mal ubicadas, es decir las ramas hacia las viviendas o la calle”, indicó Sergio Ziaurriz.

Según el ingeniero del INTA Río Negro, en términos generales, las leguminosas arbóreas como las acacias y la sófora, no cicatrizan las heridas de poda, sobre todo aquellos cortes grandes, pero si deben realizarse es necesario pintar con pintura blanca para techos. Lo mismo para el ciruelo morado. El resto de las especies como fresnos, plátanos, no tienen mayores problemas.

“Para asegurarnos de que la poda sea correcta, antes de realizarla debemos tener en cuenta que la planta debe respetar el espacio asignado, es decir, la planta tiene que crecer, pero se debe dejar espacio para el paso de las personas, si se trata de plantas de veredas”, afirmó Ziaurriz.

Normas de plantación

En el caso puntual del Municipio de Roca, éste brinda a través de su página y folletos explicativos consejos sobre la realización de poda anual en especies de arboleda urbana. Según las Normativas de Plantación Municipal de Roca – Ordenanza N°4915/20, se aconseja que al realizar la plantación se tengan en cuenta algunas normas.

Definir una distancia de la línea de plantación desde el cordón cuneta no menor a 80 cm, y la distancia desde la línea medianera de lotes hasta la línea de plantación no deberá ser menor a 2 m. El cuello de la planta en el hoyo de plantación deberá ubicarse a una profundidad de 20 a 30 cm por debajo del nivel de la vereda, para evitar raíces y superficiales que ocasionen daños a la vereda. La taza o cazuela deberá tener un tamaño mínimo de 80 cm x 80 cm x 10 cm de profundidad y las distancias entre árbol y árbol no deberán ser menores a 4 metros.

En cuanto al tronco o fuste debe tener como mínimo una longitud de 2,2 metros libre de ramas, altura a partir de la cuál comienzan las ramificaciones o copa. Evitar plantaciones en esquinas u ochavas, que entorpezcan la visión al tránsito vehicular.

Con estas indicaciones se busca que las especies se mantengan en condiciones óptimas para su mejor desarrollo y puedan cumplir su función ambiental como el crecimiento relativamente rápido, la tolerancia a la contaminación ambiental, raíces no invasivas ni gemíferas, la copa frondosa tipo vaso y porte arbóreo.

Y además, deben soportar además las reducidas precipitaciones, alta evapotranspiración estival, los vientos intensos, los fríos rigurosos, el granizo, los suelos heterogéneos o salinos, plagas locales o introducidas, entre otras características de nuestra zona. Para eso se debe elegir especies de porte más bien mediano, con tronco alto, sin rebrotes basales y no pertenecer al grupo alergógeno. Resistentes a eventuales daños por vandalismo y la tolerancia a escasez de riego y a agua ligeramente salina o de mala calidad. Por eso se debe tener en cuenta los consejos de cada ordenanza municipal para evitar inconvenientes futuros y terminar con determinaciones drásticas para la vida de las especies, como consecuencia de una mala elección.

Fuente: Soledad Eugeni y Sergio Ziaurriz (INTA).