Especialistas del INTA hacen recomendaciones para el bienestar de los animales durante las altas temperaturas.
El estrés calórico puede afectar la producción, la composición de la leche y la eficiencia reproductiva de las vacas, por lo que especialistas del INTA Rafaela –Santa Fe– y Balcarce –Buenos Aires–, recomiendan prácticas nutricionales para disminuirlo.
Se produce cuando el animal no alcanza a disipar el calor necesario para mantener su temperatura corporal debajo de 38,5°C y parte de ese calor lo genera el metabolismo de los nutrientes absorbidos, ya que cuando la temperatura ambiental supera los 25°C o 26°C disminuye el consumo voluntario y con él la energía para producir leche.
Eso se puede evitar con sistemas de enfriado, establos sombreados, ventilación forzada de instalaciones y la disposición de agua a voluntad, pero también con dietas que produzcan una óptima fermentación ruminal, con inclusión de energía lipídica en la ración.
Son “dietas frías” que producen menos calor por fermentación y se suministrarán por la mañana temprano y al anochecer para que la digestión coincida con las máximas temperaturas ambientales; complementadas con reducción del pastoreo directo durante el día y aumento por la noche, forrajes húmedos de alta digestibilidad como fuente de fibra e incluirían de sodio y potasio a niveles mínimos de 1,5 y 0,45 % en la ración (base MS).
Además, se recomienda unirse al Club de Buenas Prácticas Tamberas, un proyecto de capacitación, actualización e intercambio técnico entre los diferentes actores de los sistemas tamberos, desarrollado por referentes del INTA y de otras instituciones.
Fuente: Prensa INTA.