Trabajan en un bioinoculante deshidratado para la conservación de forrajes

Especialistas del INTA desarrollan un cultivo que permitirá obtener un forraje de calidad y más económico.

Cada año aumenta el número de productores argentinos que incorporan inoculantes a sus silos, pero la mayoría de los productos disponibles en el mercado provienen del exterior porque la producción nacional es escasa.

Frente a esto, especialistas del INTA y del Conicet trabajan en un inoculante autóctono deshidratado por secado spray para la conservación de forrajes, una tecnología de menor costo.

Actualmente, se ejecutan ensayos in vivo en microsilos de aproximadamente 10 litros de capacidad, donde se compara la performance del bioinoculante nativo con uno comercial importado y con un grupo de control sin adición de bacterias ácido lácticas.

El primero cuenta con tres cepas nativas e incluye bacterias que permiten reducir las pérdidas de energía, nutrientes y materia seca, que son útiles para inhibir el crecimiento de microorganismos indeseables y mejoran la estabilidad aeróbica una vez que el silo es abierto.

En cuanto a las bacterias ácido lácticas totales y microorganismos benéficos; la suplementación incrementó su población y disminuyó hongos y levaduras; resultados que sugieren un efecto positivo en los silos tratados con el inoculante nativo.

El ensilaje representa entre 40 % y 60 % de la ración de las vacas lecheras, por lo que un inoculante nacional competitivo reduciría costos y sería bienvenido por los productores agropecuario.

Fuente: Prensa INTA.