Realizan acciones para atenuar el cambio climático

Se realizaron trabajos que permitirán a productores y productoras de la agricultura familiar de Buenos Aires, Córdoba, Neuquén y Río Negro puedan mejorar la calidad de su trabajo.

Riego garantizado en quintas, uso óptimo del agua y fortalecimiento de la producción de hortalizas, son algunas de las acciones de adaptación y mitigación al cambio climático que llevaron a cabo.

El trabajo es realizado por El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA)que forma parte del proyecto Euroclima+, un programa de la Unión Europea sobre sostenibilidad ambiental y el cambio climático con América Latina.

El proceso se realizó en tres sitios de la Argentina y uno de Colombia para identificar medidas de adaptación al cambio climático junto con las familias productoras de alimentos.

“Trabaja fundamentalmente medidas de adaptación de la agricultura familiar y se realiza en cuatro zonas de vulnerabilidad climática: uno en Colombia y otras tres áreas de intervención en Patagonia norte, en Córdoba y en Buenos Aires (cordón hortícola del Gran La Plata)”, destacó Diego Ramilo, miembro del centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar del INTA.

“Hicimos un análisis de riesgo climático en talleres participativos analizando la realidad socioeconómica de 200 familias, y en base a eso percibimos varios riesgos climáticos relacionados sobre todo a eventos extremos como inundaciones o sequías”, explicó Iris Barth –miembro del grupo Resilientes del INTA y del Centro para la Investigación en Sistemas Sostenibles de Prevención Agropecuaria (Cipav).

Las categorías definidas para trabajar los proyectos fueron biodiversidad, acceso al agua y fortalecimiento organizacional, en donde se trata de fortalecer el acceso a mercados de comercialización e información.

La sistematización de todo el proceso, tanto la parte del análisis de riesgo climático participativo con las familias productoras como la implementación de las medidas, tienen como fin producir un producto final que será entregado a los organismos públicos para planificar estrategias de adaptación y mitigación del cambio climático.

Quintas con riego garantizado

Más del 70 % de las familias productoras del cinturón del Gran La Plata no son propietarias de las tierras que trabajaban, lo cual dificulta la inversión para instalaciones en el terreno. Además, tras un análisis participativo, se reconoció que las tormentas extremas son cada vez más frecuentes en la zona del cordón hortícola platense.

Bajo la necesidad de pensar estrategias para disponer de agua de modo constante, asegurar el insumo en todos los períodos, reducir el consumo energético para los periodos donde hay falta de electricidad, el proyecto de Euroclima logró instalar en 44 reservorios de agua en quintas de familias productoras de La Plata y Florencio Varela que permiten disponer de 40 mil litros a cada familia.

“Estos reservorios son una tecnología que está pensada y diseñada para que, en caso de que los productores tengan que irse, se puedan desarmar y se lo puedan llevar a otro campo”, explicó Marcos Hall, miembro del INTA IPAF Región Pampeana.

Los reservorios se pueden cargar con agua proveniente de pozos a partir del uso de bombas de extracción con uso de energía. También pueden cosechar agua de lluvia si se aprovechan las canaletas en los invernaderos. Deber permanecer llenos para que, en caso de corte de suministro eléctrico, funcionen como un depósito que asegure la continuidad en la producción especialmente durante el verano.

Uso óptimo del agua

En el marco de la finalización de este proyecto, la emergencia hídrica fue el foco en la Patagonia.

El objetivo es que las familias puedan quedarse en el territorio y puedan trabajar su tierra para obtener verduras frescas y pasturas para sostener sus animales, así como acceder a algunos circuitos cortos de comercialización de ciudades cercanas.

“Estamos en emergencia hídrica tras más de 13 años de sequía continuos con algunas alternancias, con un volcán en el medio que sepultó vertientes, entonces eso genera claramente un contexto complejo en todo lo que tiene que ver con el acceso y el uso del agua”, Paula Ocariz del INTA Bariloche.

La región es una estepa árida donde el régimen de precipitaciones varía de entre 150 a 300 milímetros anuales, allí se instalaron sistema de riego por goteo en los invernaderos y aspersores de baja presión para las pasturas y producción a campo y se captaron cursos de agua que no estaban siendo utilizados.

Hortalizas frescas y a precio justo

Otro de los focos del proyecto apuntó al fortalecimiento organizacional de los productores de hortalizas en el cordón frutihortícola de La Plata. En términos de comercialización, las familias encuentran ahí una fortaleza para mantenerse incluso ante situaciones como eventos climáticos extremos que pueden llegar a poner en peligro su producción.

Tras un proceso de creación compartida entre estudiantes de diseño, cooperativas, instituciones públicas y las familias productoras, se diseñaron bolsones de materiales resistentes para ser utilizados en la comercialización de verduras.

Lograron desarrollar y producir envases retornables de hortalizas para fortalecer el circuito de distribución para preservar la calidad de las hortalizas recién cosechadas.

Experiencias resilientes frente el cambio climático

El INTA junto con el Centro para la Investigación en Sistemas Sostenibles de Producción Agropecuaria – (CIPAV) desarrolló 69 medidas de adaptación y alternativas tecnológicas en regiones climáticamente vulnerables. Los resultados de este trabajo colectivo, que involucró a instituciones, técnicos, técnicas y agricultores familiares hortícolas y ganaderas, serán presentados el 7 de abril de manera virtual mediante una transmisión en vivo por Youtube INTA ARGENTINA.

Fuente: Prensa INTA.