Controlar las malezas en la soja

Especialistas del INTA trabajan para limitar la propagación de las malezas y apuestan al manejo integrado como principal estrategia para solucionar el problema.

Las malezas responden al manejo del lote y ponen de relieve la importancia de transformar las prácticas agronómicas.

Representan un problema especialmente desde la década del 80 y la introducción de herbicidas inhibidores de ALS y del glifosato, que impulsaron la agricultura sólo con la aplicación de tecnología de insumos.

Este modelo productivo de corto plazo, con escasas rotaciones y alta dependencia de insumos externos generó una presión de selección, que derivó en especies resistentes y tolerantes a herbicidas que compiten por el agua y los nutrientes del suelo, que en Argentina se ha vuelto un problema favorecido por el uso repetido de las mismas herramientas de control.

La evolución de la resistencia de las malezas es parte de un proceso continuo e incentivado por la selección de biotipos que se adaptan a las modificaciones del hombre y una de las estrategias impulsadas por los expertos del INTA para contrarrestarla es el Manejo Integrado de Malezas (MIM), que permite producir y asegurar la sustentabilidad del agroecosistema.

Entre los principales aspectos del MIM está la rotación de cultivos; la rotación de herbicidas con distintos mecanismos de acción; el monitoreo de malezas; la aplicación correcta de los herbicidas; la siembra de semillas de calidad, de origen conocido y libres de propágulos de malezas; no sembrar sobre malezas vivas; limpiar bien los equipos y planificar las acciones.

Fuente: Prensa INTA.