Una historia de trabajo y pasión por la fruticultura que atraviesa tres generaciones.
Juan Carlos Moll es un productor rionegrino apasionado por la fruticultura, cuyo abuelo llegó desde España para forjar el Valle y a los 70 años continúa por la misma senda, trabajando en mejorar cada día su producción de peras y manzanas.
En la chacra de Moll, en Cinco Saltos, a pocos metros de la Ruta 151, cada sector del monte frutal está identificado para que los tractoristas no aplasten nada; el riego tiene un recorrido preciso para aprovechar el agua y entre otros detalles, los caminos internos están cubiertos por una capa de conchilla para que la maquinaria rural y la fruta tengan un tránsito sin golpes.
También hay rutinas inquebrantables como la de los días sábados, cuando se lavan y se engrasan los tractores y el resto de la maquinaria porque hay que cuidar las herramientas.
Cuenta Juan Carlos Moll: “De muy chiquito mamé el amor por la fruticultura, del trabajo de mi abuelo y mi padre. Ellos empezaron con alfalfa en su momento, algunas plantaciones de viñedos y de a poco se fue girando hacia la fruticultura. Hoy transitamos la tercera plantación que se hace en esta misma tierra, ya con clones mejorados y otros sistemas de conducción”.
La chacra familiar de 12 hectáreas ha servido para dar educación a los hijos y proyectar el futuro y su dueño, hace mucho entendió que mejorar la producción es sinónimo de mantenerse en el camino de la competitividad.
Moll produce fruta de excelente calidad y se sumó a la línea de créditos que el Ministerio de Producción y Agroindustria de Río Negro puso a disposición de los productores para que puedan colocar malla antigranizo porque: “Es un cambio total que le das a la planta. Con la malla se genera como una especie de invernadero en el cual el viento prácticamente no lo sentís, la temperatura en el cuadro es otra, el sol no da directamente en la planta y disminuye el ramo con los vientos”.
Siempre con el corazón puesto en la fruticultura, Juan Carlos cree que el mejor consejo para los jóvenes que eligen seguir produciendo en el Alto Valle es continuar luchando.