Desarrollan invernáculos de bioseguridad

En Mar del Plata, el Conicet gestionó la aprobación de un invernáculo para garantizar que las actividades con Organismos Genéticamente Modificados (OGM) se desarrollen con las medidas de bioseguridad correspondientes.

El Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) trabaja en garantizar que las actividades que involucren Organismos Genéticamente Modificados (OGM) se desarrollen con las medidas y normas de bioseguridad requeridas por la Secretaría de Alimentos, Bioeconomía y Desarrollo Regional, de la Comisión Nacional Asesora de Biotecnología Agropecuaria (Conabia), el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) y el Instituto Nacional de Semillas (Inase).

La creación del invernáculo de Bioseguridad en Mar del Plata permitirá visibilizar el impacto de tecnologías que se usan con vegetales y probar otras a escala mayor, para facilitar la transferencia de mejoras al sector productivo, cuidando que el material genético cultivado dentro del invernadero no llegue al ambiente antes de cumplir pruebas rigurosas de bioseguridad.

El nuevo invernáculo de bioseguridad será utilizado por el personal del Instituto de Investigaciones Biológicas (IIB, Conicet-Unmdp); funciona en las dependencias de la Universidad Nacional de Mar del Plata (Unmdp) y cuenta con una estructura de aluminio, paredes rígidas, pisos de cemento nivel 2 de bioseguridad.

Seguridad en términos biológicos o bioseguridad significa utilizar elementos de seguridad personales y prácticas de manejo de los organismos aprobados por organismos nacionales competentes, siempre en ambientes cerrados, aislados del medio ambiente mientras se realizan las pruebas para determinar su inocuidad tanto para las personas como para el medio ambiente.

Este tipo de invernáculos cerrados bioseguros permite realizar experimentos para aumentar la producción de cultivares a una mayor escala que en los laboratorios, permitiendo que la transferencia de las tecnologías al sector productivo se logre con mayor fluidez y mejores y más rápidos resultados.
En principio, el invernadero de Mar del Plata trabajará con tomate y papa, seleccionando plantas obtenidas por edición génica, para luego evaluar si contienen una nueva combinación de material genético y son reguladas como transgénico o como variedades con características agronómicas convencionales, beneficiando al medio ambiente y al productor agropecuario.

Los tomates editados se encuentran en etapa de aprobación de parte de la Conabia que se expedirá sobre si pueden salir al campo como organismos no-transgénicos; aclarando que en 2018 Argentina firmó con Estados Unidos, Canadá y Australia, una declaración en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC) para afirmar que los cultivares derivados de la edición del genoma deben regularse de la misma manera que cultivares convencionales.

Fuente: Prensa Conicet.