Estudian nanofertilizantes para cultivos hortícolas y suelos marginales

Un equipo de investigadores del INTA probó distintos fertilizantes líquidos a base de nanopartículas minerales de alta pureza.

El mayor desafío de la agricultura actual es el de aumentar la producción con el menor impacto para el medio ambiente y con ese objetivo, un grupo multidisciplinario del Instituto de Fisiología y Recursos Genéticos Vegetales (Ifrgv) y del Instituto de Patología Vegetal (Ipave) probó distintos fertilizantes líquidos a base de nanopartículas minerales de alta pureza, en cultivos hortícolas y en suelos marginales de Hernando, en Córdoba.

La nanotecnología estudia pequeñas partículas, que en agricultura pueden usarse para fertilizar y comercializar a través de un producto líquido que requiere dosis bajas y poco impacto ambiental, ya que la mayoría de las formulaciones son aptas para la producción orgánica.

Por esto, ambos institutos dependientes del Centro de Investigaciones Agropecuarias (CIAP) del INTA, están desarrollando diferentes protocolos para eficientizar la novedosa tecnología tanto en suelos marginales, como en cultivos intensivos.

Los ensayos realizados en condiciones controladas de invernadero consistieron en aplicar un producto a base de sulfato de calcio, dado que los microorganismos del suelo contribuyen a mantener la fertilidad y funcionalidad del agroecosistema y los resultados mostraron que con la aplicación de nanopartículas de yeso, el contenido de sodio tiende a disminuir mientras que el calcio aumenta en condiciones de alcalinidad. A su vez, aumentó el peso fresco de las plantas, incrementó la cantidad de hongos totales y mejoró la interacción con los hongos micorrícicos.

En los cultivos intensivos se midió el impacto de la nanotecnología en el desarrollo de zapallito de tronco -Cucurbita máxima-, que mejoró el crecimiento vegetativo, aumentó los valores de peso seco, índice de verdor y vitalidad y en contenido de nutrientes en hojas e incrementó el contenido de antioxidantes en hoja y micorrizas en raíces.

Además, el INTA – a través del Instituto de Fisiología y Recursos Genéticos Vegetales (Ifrgv) dependiente del Centro de Investigaciones Agropecuarias (CIAP)-, firmó un convenio de asistencia técnica y vinculación tecnológica con la Universidad de Río Verde (UniRV) de Brasil y la empresa argentina Kioshi Stone, para evaluar el impacto de los nanofertilizantes en el crecimiento de maíz y de soja, como también la capacidad de dichos cultivos para formar micorrizas en ensayos que se realizarán en áreas agrícolas de Goias en Brasil.

Fuente: Prensa INTA.