Para minimizar el uso de insecticidas, especialistas del INTA Valle Inferior evalúan herramientas para el control de plagas en plantaciones de nogales.
En el norte de la Patagonia existen aproximadamente 2.800 hectáreas plantadas con nogales, en su mayoría de la variedad Chandler, con buen rendimiento y calidad de nuez, pero amenazadas por plagas como la del carpocapsa (Cydia pomonella L.), un insecto que se alimenta de los frutos. Actualmente, la estrategia de control principal es el uso de insecticidas químicos que crean riesgos ecotoxicológicos, por lo que el equipo de fruticultura del INTA Valle Inferior –Río Negro– realiza un ensayo de manejo sustentable de lepidópteros en nogales, con el fin de minimizar el uso de insecticidas en estos sistemas productivos.
Entonces, al control químico se sumaron seis liberaciones inundativas de parasitoides (Geniazos legneri) criados en laboratorio; para los sistemas de confusión sexual (TCS) se utilizaron difusores de feromonas tipo Cidetrax CM Plus Meso y se complementó lo anterior con la colocación de fajas de cartón corrugado para colectar y eliminar un gran número de larvas diapausantes que pueden dar origen a los primeros adultos en la primavera siguiente.
Los resultados preliminares de la primera temporada -correspondiente a 2020 y 2021- fueron alentadores, ya que se observó un efecto positivo en la combinación de sistemas de confusión sexual y liberaciones de parasitoides. Siendo evidente una disminución en la población de carpocapsa, sobre todo hacia el final de la temporada -tercera generación- y un menor número de larvas diapausantes, así como un menor porcentaje de daño a la cosecha en comparación con la evaluación que contaba sólo con control químico.
Fuente: Prensa INTA.