La agricultura familiar como clave para la conservar los recursos genéticos

Investigadores del INTA realizaron un relevamiento sobre experiencias de conservación de recursos genéticos locales para mejorar la calidad y la productividad agropecuaria.

Según la FAO, en América Latina el 80 % de las explotaciones pertenecen a la agricultura familiar, convirtiéndose en la principal fuente de empleo agrícola y rural, siendo un eslabón clave para la conservación de recursos genéticos que mejoran la productividad y calidad de la producción, por esto, un equipo de especialistas del INTA realizó un relevamiento sobre la conservación de recursos genéticos locales.

La agricultura familiar no sólo produce la mayor parte de los alimentos para el consumo interno de los países de la región, sino también desarrollan actividades agropecuarias diversificadas que garantizan la sostenibilidad del medio ambiente y la conservación de la biodiversidad.

Las variedades locales, seleccionadas y conservadas por las familias productoras del país, tienen la ventaja de su adaptación al ambiente, favorecen la restauración del suelo, resisten ciertas plagas y enfermedades y tienen características de sabor y aroma en la elaboración de comidas tradicionales.

En diciembre de 2017, el INTA junto con la Dirección de Asuntos Ambientales del Ministerio de Relaciones exteriores y Culto, el Inase y la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca elaboró un proyecto – financiado por la FAO- para establecer un sistema multilateral que facilitará el acceso con fines de utilización y conservación para la investigación, el mejoramiento y la capacitación y administra la distribución de beneficios derivados del uso de los Recursos Fitogenéticos para la Agricultura y la Alimentación que se aplica a 64 cultivos.

El objetivo general es el de ayudar a los agricultores a mejorar la resiliencia de los cultivos frente al cambio climático y mejorar la seguridad alimentaria, contribuyendo a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, en particular a los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Con el acompañamiento del INTA se realizó un relevamiento sobre experiencias actuales de conservación y uso de recursos genéticos alimentarios por parte de las comunidades de la región patagónica a través de las Plataformas de Innovación Territorial (PIT).

En la región patagónica se producen más de cien especies por comunidad, en su mayoría exóticas, si bien se cultivan o utilizan diferentes especies autóctonas, tanto comestibles como medicinales.

De esta manera, la agricultura familiar aporta a la adaptación al cambio climático a través de sus conocimientos para manejar riesgos, conservando la agrobiodiversidad “in situ”, así como las técnicas de bajo consumo de insumos que aportan a la mitigación de los gases de efecto invernadero.

En relevamiento se refirió a 14 especies vinculadas a procesos de conservación -3 de ellas autóctonas-, 2 de origen animal, 11 de origen vegetal y un microorganismo, destacando el maíz, tomate, poroto y con menor frecuencia zapallo, papa y quinua y permitió conocer experiencias existentes de producción y conservación de recursos genéticos locales vinculados a la alimentación, que cuentan con algún nivel de participación y/o acompañamiento del INTA, la mayor parte concentrados en Neuquén y Río Negro.

Fuente: Prensa INTA.