Sofía INTA y Elena INTA son variedades con alta productividad de forraje y excelente sanidad.
En la campaña 2020/21, una superficie sembrada de más de 1,4 millones de hectáreas posiciona a la avena como el principal verdeo de invierno, que se destina a forraje en los meses de otoño, invierno y primavera y también a reservas forrajeras en silajes o henos.
Pero suele ser susceptible a la roya de la hoja, un parásito que genera pérdidas de rendimiento, calidad de forraje y grano, que al INTA a desarrollar nuevas variedades a partir del mejoramiento genético para que resistan sin aplicar fungicidas.
La alta productividad de forraje hace rentable al cultivo, ya que bajan los costos de cada ración y Elena INTA es un cultivar que la posee, con excelente rebrote, un ciclo de intermedio a largo y adaptabilidad a diferentes ambientes.
En cuanto a la variedad Sofía INTA, también posee alta productividad de forraje, alto potencial de rendimiento de granos y buen comportamiento sanitario, ya que en ambientes donde abunda la enfermedad posee bajos niveles de incidencia y severidad.
Además, es ideal para pastoreo directo, cosecha de granos y silajes de planta entera y se lo recomienda para el centro–sur-oeste de la región pampeana, ya que ensayos realizados en el campo experimental del INTA Bordenave demostraron que superó los 9 mil kilogramos de materia seca en varios cortes.
Ambos cultivares estarán disponibles en la nueva campaña y se comercializarán bajo convenios de vinculación tecnológica con la empresa Baya Casal y su red de multiplicadores.
Fuente: Prensa INTA.