Reciben reconocimiento internacional por un proyecto de control biológico

Jonatan Lago, Liliana Cichón y Silvina Garrido, investigadores de la EEA Alto Valle del INTA.

El trabajo premiado se denomina “Incorporación de agentes de control biológico nativos en el manejo sanitario de plagas de frutales”.

El equipo conformado por los especialistas Liliana Cichón, Silvina Garrido y Jonatan Lago representó a la Argentina -y específicamente al INTA- en una competencia de la que participaron 21 proyectos en su categoría, de distintos países como Brasil, Chile, España, Holanda, México y Perú.

Esta convocatoria internacional es impulsada y coordinada por la Red Innovagro y el IICA (Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura), cuya finalidad es reconocer las innovaciones generadas en el sector agroalimentario que contribuyan a mejorar la productividad, la competitividad, la sustentabilidad y la inclusión social, así como valorar el esfuerzo, las soluciones, la originalidad y la disciplina de grupos para beneficio de las cadenas agroalimentarias.

El proyecto galardonado es una investigación aplicada a campo en la región del Alto Valle desde 2015 a 2018, en la cual se implementó una estrategia sanitaria de bajo impacto ambiental con cuatro herramientas básicas: el control biológico con especies nativas, feromonas de confusión sexual, uso de corredores biológicos y el monitoreo constante.

Su carácter innovador reside en que “es la primera vez que se multiplica a gran escala una especie nativa y se la utiliza exitosamente para el control biológico de carpocapsa”, explicaron los investigadores.

La experiencia se repitió tres temporadas y en todas ellas se logró el mismo resultado: éxito total en el control de las plagas con una disminución en el uso de insecticidas en un 80%, minimizando el impacto ambiental, los costos económicos, el uso de maquinaria y el consumo de combustibles fósiles y agua. Por otra parte, la condición nativa del controlador biológico utilizado evita la introducción de especies indeseadas y garantiza el equilibrio ecológico del agroecosistema.

“Si bien teníamos la seguridad de que el proyecto era innovador y de alto impacto socio-ambiental, nuestras expectativas no eran muy altas, dado el carácter internacional del concurso y el nivel de trabajos presentados en esta convocatoria”, contaron los profesionales. “De todos modos, deseábamos dar a conocer el proyecto a la comunidad y demostrar que es posible el uso de biocontroladores en fruticultura”, explicaron.

El equipo premiado trabaja desde 2004 en la Estación Experimental Alto Valle del INTA, en Río Negro, en el manejo sustentable de plagas en frutales. Desde septiembre de 2018 logró afianzar el desarrollo de tecnologías para la producción masiva de enemigos naturales autóctonos a partir de la inauguración del Centro Multiplicador de Biocontroladores Nativos (Cemubio), cuya producción, además, permite a especialistas de distintas regiones y cultivos del país, llevar adelante mas de seis tesis doctorales, posdoctorales y proyectos de investigación que evalúan algunos de estos bioinsumos.

Fuente: Prensa INTA Alto Valle.