En el sur bonaerense se afianza el maíz tardío

Estudios realizados por especialistas de la Chacra Integrada Barrow demostraron que la fecha de siembra –entre otros aspectos– permite ajustar estrategias de manejo.

En los últimos años, gracias a la aplicación de tecnologías de procesos, el maíz tardío logró instalarse como opción rentable en secuencias donde prevalecían los cultivos de invierno.

De hecho, un estudio de la Chacra Integrada Barrow -dependiente del Ministerio de Desarrollo Agrario de Buenos Aires y del INTA-, determinó que la fecha de siembra, la densidad de las plantas y la elección de los híbridos –entre otros aspectos–, permiten ajustar las estrategias y lograr rindes que van desde los 2 mil a los 12 mil kilos por hectárea, según el ambiente.

Expresó Fernando Ross –especialista en cultivos del INTA–: “El maíz tardío ha demostrado ser muy estable y en comparación con los demás cultivos de verano, tiene un buen retorno económico. Esto se hace evidente en el gran crecimiento de las superficies sembradas con maíz tardío, que aumentaron 1500 %; de 10 mil hectáreas sembradas en el partido de Tres Arroyos hace 10 años atrás, pasamos a 150 mil hectáreas en la actualidad”.

El retraso en la fecha de siembra pretende ubicar el periodo crítico para la definición del rendimiento -30 días centrados en floración-, en condiciones de menor probabilidad de deficiencias hídricas, debido a una menor demanda atmosférica.

Indicó Ross: “Atrasar la fecha de siembra, desde el punto de vista de manejo, ha logrado mucha estabilidad en la producción de maíz a nivel regional y también a nivel nacional”.

Es un cultivo que tecnológicamente responde y el productor va incorporando más fertilización, porque el maíz es una gramínea necesita nitrógeno.

Fuente: Prensa INTA.