Estudian la pérdida de suelo por escurrimiento

Especialistas destacan la importancia de la cobertura del suelo y la diversificación de las secuencias de cultivos para reducir el impacto ambiental.

En el INTA Paraná –Entre Ríos–, se mide la relación entre la intensificación de las secuencias de cultivos, las propiedades del suelo y la erosión hídrica.

Entre Ríos posee una vasta red hidrográfica, pero hay factores que predisponen a que más de la mitad de su superficie esté expuesta a procesos de degradación por erosión hídrica y por eso, desde hace 50 años funcionan las parcelas de escorrentías, un dispositivo diseñado para medir cuál es la relación entre la intensificación de las secuencias de cultivos, la estructura del suelo y las pérdidas de agua y de suelo por escurrimiento.

Entre los resultados: que con el monocultivo de soja se pierde aproximadamente 50 % más agua por escurrimiento al año, que con la rotación maíz-trigo/soja; que ese volumen perdido condiciona las cantidades de nitrógeno y de fósforo y también se pudo determinar la relación entre la evolución estructural y su efecto sobre el escurrimiento y la infiltración.

De hecho, en el INTA Paraná se documentó la relación entre la intensificación de la secuencia de cultivos y la estructura laminar en el perfil de suelo, gracias a lo que se pudo cuantificar el efecto negativo de la simplificación del sistema de cultivo evidenciado en la expansión del monocultivo de soja, sobre la sustentabilidad ambiental del agroecosistema.

Por lo anterior se recomienda el uso de secuencias más intensificadas, con dobles cultivos o cultivos de cobertura que mantienen el suelo ocupado la mayor parte del año, con actividad de raíces similar al que ocuparía una pastura.

Fuente: Prensa INTA.