Bioeconomía para reducir el estrés sobre el ambiente

El INTA promueve la adopción de los principios de la bioeconomía porque contribuyen a la sostenibilidad de los sistemas de producción y a minimizar los desperdicios.

El uso de residuos orgánicos de la agroindustria como fertilizantes y mejoradores de la calidad del suelo y la implementación de camas biológicas para evitar la contaminación en la gestión de agroquímicos, son algunos ejemplos del enfoque bioeconómico aplicado al agro, en los que el INTA hace hincapié como parte de las estrategias ante la necesidad de ser más eficientes en la productividad.

En su Plan Estratégico Institucional (PEI 2015-2030), el organismo define a la bioeconomía como la convergencia de todas las nuevas tecnologías hacia modelos productivos más sostenibles, desde el punto de vista social, económico y ambiental, que lleva a un uso más eficiente de los recursos naturales.

Iniciativas como el mapeo de la dinámica del uso y la cobertura del suelo, el diseño de sistemas de producción neutrales o positivos en el balance de carbono, son aspectos concretos de los objetivos actuales del INTA.

Otro caso que aborda el Centro de Investigación de Recursos Naturales (CIRN) es el estudio de las camas biológicas o biobeds, una tecnología simple y económica que preserva el ecosistema, cuida la salud humana y el cumplimiento de las nuevas exigencias que demanda el mercado nacional e internacional y la bioprofilaxis.

Además, como Argentina depende de los combustibles fósiles y el desarrollo de la bioenergía distribuida de manera federal sería una herramienta ideal para aquellas regiones a las cuales el suministro de energía eléctrica o de gas no llega o es escaso y este tipo de ejemplos y aplicaciones abundan en cada línea de trabajo y servirían para reducir el estrés medioambiental.

Fuente: Prensa INTA.