¿Castigo divino o error humano?

Hay que remontarse muchos años en el tiempo para recordar una catástrofe de semejante magnitud para el área comprendida por el sudoeste bonaerense, el este rionegrino y pampeano. Los informes, las alertas tempranas y las reflexiones posteriores que alientan a no repetir errores.

El 4 de octubre de 2016 desde la Estación Experimental Agropecuaria (EEA) Hilario Ascasubi del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) se daba a conocer el informe habitual de peligrosidad de incendios que, en base a información satelital con datos del mes anterior, marcaba un riesgo moderado para la primera quincena de octubre. Ya el fechado el 25 de noviembre -“Índice de peligrosidad de ocurrencia de incendios”- llevaba una tendencia de moderada a alta para la última semana de noviembre y primera de diciembre.
Allí se destacaba que “durante estos días se mantienen las condiciones de acumulación de vegetación y se observa un marcado aumento de la biomasa en los partidos de Villarino y Patagones, así como en las zonas circundantes a Sierra de la Ventana, el partido de Tornquist y el departamento de Adolfo Alsina de la provincia de Río Negro. Se recomienda extremar las precauciones en banquinas de rutas, realizar las labores necesarias para mantener limpios alambrados y picadas y reducir la materia seca acumulada en los pastizales”.
El 15 de diciembre el pronóstico ya era agudo: “Las altas temperaturas pronosticadas para lo que resta del mes de diciembre de 2016, posiblemente estarán acompañadas con vientos moderados a fuertes y de humedad relativa baja. Esto genera condiciones propicias para el inicio y la propagación del fuego en áreas de pastizales altos con mucha vegetación fina acumulada. Los índices de peligrosidad en gran parte de la zona están en riesgo alto”.
La historia posterior es bien conocida en la zona: una serie de incendios de gran magnitud ocurrieron en el sudoeste bonaerense, noreste rionegrino y sudeste pampeano.

“La previsión tiene que venir del sector privado”
Hipólito Carmody es secretario de la Sociedad Rural de Patagones y tiene su campo familiar en el distrito de Patagones.
El fuego comenzó por una falla en una maquinaria y “producto de un frente de viento de oeste de gran intensidad, arrancó el fuego sobre el rastrojo para un cuadro de monte donde teníamos las vacas. Cuando llegué con el tractor y la rastra a hacerle contrafuego ya se nos había pasado a ese cuadro. Y agarró el monte ese, que estaba con pasto a medio comer por la hacienda”.
En su relato destaca que pudieron contrarrestar el fuego “gracias a la cooperación de los vecinos y bomberos, lo pudimos controlar a la tardenoche. Con picadas, contrafuegos, al mando de los bomberos que son los que tienen experiencia en eso y la colaboración del vecindario. En eso fueron muy solidarios con nosotros”.
Consultado sobre el rol del estado, el secretario de la Sociedad Rural de Patagones planteó que “actuaron muy rápido, si bien fue un hecho que abarcó a mucha gente y por eso fue necesaria la intervención del estado. Repartieron forrajes, bajó todo por intermedio de las rurales”.
“Yo creo que la previsión tiene que venir del sector privado, los mismos propietarios tiene que tener mayor conciencia de lo que es el fuego. Mi viejo compró en el 81 el campo en donde estamos ahora y nunca había pasado esto. Todos los años repasamos picadas, perimetrales e internas”, repasó.
¿El rol de los organismos públicos de investigación? “Desde agosto a diciembre el Inta Patagones e Inta Ascasubi largaron los informes de riesgos de incendio y preveían un verano con mucho pasto, pocas precipitaciones y grandes probabilidades de incendio. El estado, que es quien nos tiene que ayudar con la información, estuvo presente. Yo no puedo pretender que venga la máquina del municipio y me apague el incendio, porque no debe ser así”.
El ruralista dio también su visión sobre la tarea que le cabe al estado en situaciones de emergencia como la que se produjo en esta vasta zona de influencia: “Yo creo que la ayuda del gobierno tiene que venir por el lado de líneas de créditos blandos, no subsidios, porque a mi criterio el subsidio no sirve. Sirve para casos muy puntuales. En lo que es ayuda crediticia nosotros no entramos, igual que para la emergencia, porque se te tiene que haber quemado el 50 por ciento del campo para ingresar a eso”.

Causas naturales
El productor Rubén Zelmer también sufrió las consecuencias de los incendios. En su caso, locatario de un campo ubicado a 64 kilómetros de Stroeder, con producción primaria de hacienda vacuna, se dedica a vacas de cría específicamente: “Son 625 hectáreas y yo trabajo con 80 vientres, así que tengo que hacer reservas permanentes y el 31 de diciembre de 2016 a causa de las tormentas eléctricas que prendieron en varias partes, en ese momento se prendieron siete u ocho fuegos todos cerca, lamentablemente la reserva que tenía se me quemó toda, se quemaron 360 de las 625 que tengo”.
El productor destaca que “había venido muy buena primavera el año anterior… Y ahora pasamos al otro extremo, de tener tanto pasto, no tenemos nada”.
Respecto a las pérdidas materiales, “no tuve pérdidas de vientres. Sí los alambrados, pero por sectores, aproximadamente 1500 metros. Yo no tuve pérdidas de alambrados prácticamente. ¿Por qué? Justamente por el mantenimiento de las picadas, y los bomberos pudieron trabajar cómodos”.
Con sencillez puso de manifiesto una de las razones por las que el incendio avanzó rápidamente, más allá de las cuestiones climáticas como los fuertes vientos: “En otros casos, más adentro en los campos grandes, por ahí están deficientes algunos: hay gente que no se preocupa mucho por las picadas. Yo, al tener limpias las picadas, pude salvar prácticamente todo, y esos 1500 metros de alambre se quemaron por tramos”.
La situación del productor  Gonzalo Eddy, también arrendatario, fue desoladora: “Antes de Navidad se nos quemó el 45 por ciento del campo y después de Navidad se nos quemó el resto. El inicio del fuego fue por tormentas eléctricas, casi la mayoría, (en toda la región) un 98 por ciento fue por tormentas”.
¿Qué es lo que falló? “Yo creo que uno de los problemas más grandes es el costo de hacer las picadas, que tiene un costo económico que muchas veces el productor, por obviarlo, después tiene que pagar un costo mucho mayor”.
Respecto de la carencia de legislación local que regule ese tipo de cuestiones, el actual vicepresidente de la Sociedad Rural maragata sostuvo que “ahí es donde el estado debe intervenir. Sé que en provincias como la de San Luis, donde el estado chequea si vos no haces un mínimo de picadas, el estado te cobra. Lo que se puede hacer, es que el estado mande la máquina y se lo cobre al productor”.
Para finalizar, dejó una reflexión: “El problema que tiene el gobierno actual es la parte ejecutiva. No tiene la práctica, no tiene el ejercicio y por más buenas intenciones o ideas que tengan, cuando llegan es tarde. Está pasando a nivel local, provincial y nacional”.

Según la agencia Télam, minutos antes de viajar a la zona de incendios (Patagones y Villarino), Sarquis reiteró que “estar presentes acompañando y asistiendo a los afectados es una prioridad para María Eugenia Vidal y por esto estamos poniendo a disposición de municipios y productores todas las herramientas con las que cuenta la Provincia para paliar esta situación”.
Como se recordará la gobernadora estuvo al tanto de las alternativas de los incendios -también de las inundaciones que se venían produciendo en el norte de la Provincia de Buenos Aires- durante su estadía en las playas del Carmen en Méjico, buena parte del mes de enero.

Las áreas de Producción de los distritos de Villarino, Puan y Patagones fueron designadas para canalizar la asistencia a los productores afectados por los incendios. Habitualmente, son las encargadas de difundir los informes de peligrosidad de incendios que elaboran sedes regionales del Inta.
Tiempo atrás se constituyó el Sistema de Información y Alerta Temprana (Siat) del Sudoeste Bonaerense, organismo técnico especializado que se encarga de recolectar, procesar y analizar datos para comunicar y difundir información relevante para la toma de decisiones de los diversos actores intervinientes en los sistemas productivos de la región.
El  Siat procura el conocimiento anticipado de la existencia de amenazas de origen natural o antrópico que pudieran traer aparejados daños al ambiente y/o la sociedad. Contribuye así a mejorar la capacidad de respuesta y la adaptación de los gobiernos municipales y provincial, los productores y otros que pudieran resultar afectados por los mismos.
Su misión es emitir alertas a través de información clara, útil y oportuna a partir del análisis de los pronósticos climáticos y la evolución de otros indicadores de relevancia.
Conforman el Siat el Centro de Recursos Naturales Renovable de la Zona Semiárida (Cerzos), las estaciones experimentales agropecuarias Hilario Ascasubi y Bordenave del Inta, la Universidad Nacional del Sur y el Servicio Meteorológico Nacional.
Esta iniciativa es apoyada por el Proyecto Aumentando la Resiliencia Climática y Mejorando el Manejo Sostenible de la Tierra en el Sudoeste de la Provincia de Buenos Aires, ejecutado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable, con financiamiento del Fondo de Adaptación de Naciones Unidas, y administrado por el Banco Mundial.
Los informes del Siat se pueden consultar tanto en las webs oficiales de los municipios de Puan, Patagones y Villarino, como en la de los organismos participantes.

Informe Dirección de Producción de Villarino
Producto de la profunda crisis hídrica padecida durante los meses de octubre, noviembre, diciembre y enero, sumado a las altísimas temperaturas registradas durante el verano 2016/2017 se generaron condiciones extremas para el desarrollo de incendios.
Los incendios se generaron a fines de diciembre en la Provincia de la Pampa. Los fuertes vientos lo propagaron rápidamente hacia el oeste ingresando al distrito de Villarino por el meridiano 5º.
Entre los generados a fines de diciembre y durante el mes de enero, fueron desbastadas unas 86 mil hectáreas generando cuantiosas pérdidas, quemando pastizales y montes naturales, parte de la flora y fauna silvestre, y más de 110 km. de alambrado perimetral quemado, más todos los alambrados internos.
Esta situación llevó a tomar medidas de emergencias, asistiendo a los productores damnificados con alimento para ganado. Se entregaron 769 rollos de pastura y 20 toneladas de alimento balanceado.
Luego se realizó el relevamiento campo por campo constatando los daños y el cumplimiento de la Ordenanza 2880/16 de cortafuegos. El Municipio de Villarino además decretó la eximición de pago de tasas por marcas y señales para el traslado de hacienda y el pago por conservación y reparación de la Red Vial a las partidas afectadas por el año 2017.
La Provincia de Buenos Aires decretó la Emergencia y Desastre Agropecuaria por seis meses, recibiendo en la Oficina de Producción 32 declaraciones juradas de un total de 58 productores damnificados.
Se gestionó ante las autoridades nacionales y provinciales mecanismos de financiamiento para la reparación de los alambrados perimetrales que ya comenzaron a efectuarse.

Informe Secretaría Producción de Puan
Los incendios que afectaron gravemente las explotaciones agropecuarias ubicadas en el Cuartel X del Distrito de Puan, ocurrieron a fines del mes de diciembre de 2016 y continuaron afectándolo hasta la primera quincena de enero. A ello hay que sumarle los focos puntuales que se produjeron en otros lugares del distrito, tal es el caso de las explotaciones ubicadas cerca de las localidades de Villa Iris, San Germán, Felipe Solá, 17 de Agosto y Darregueira.
Estos incendios fueron consecuencia de las tormentas eléctricas ocurridas en esos lugares, a lo que hay que sumarle una primavera de buenas precipitaciones, lo que originó abundancia de producción de materia seca, combustible esencial para el origen de incendios.
Los daños se cuantifican en pérdidas millonarias, afectando grandemente la producción de forrajes (verdeos de verano, pasturas, etc.) y la destrucción, en su mayor parte total, de alambrados perimetrales, internos y eléctricos.
Cabe recordar que esta parte del distrito (sur de Puan, Cuartel X) a comienzos de 2015 también vivió un episodio de similares características, afectando gravemente las explotaciones agropecuarias.
El incendio reciente motivó la declaración de Emergencia Agropecuaria Provincial, por parte de la gobernadora María Eugenia Vidal, y tuvo también su correlato en el Ministerio de Agroindustria de la Nación, avalando dicho pedido y declarándose a la citada zona en estado de Emergencia Nacional.
Desde este municipio se trabaja acompañando y asistiendo al productor agropecuario y el intendente municipal cr. Facundo Castelli decidió la compra urgente de forrajes para la manutención del ganado bovino.
También ha iniciado las gestiones necesarias ante los organismos correspondientes provinciales y nacionales, en la búsqueda de una asistencia financiera que permita, de alguna manera, mitigar las grandes pérdidas económicas producidas.

Informe Secretaría de Desarrollo Territorial de Patagones
Cuando nosotros asumimos el municipio de Patagones, más preocupante que el pasivo financiero, recibimos un pasivo ambiental. Había carencias para afrontar problemáticas ambientales, que eran muy candentes en el municipio: la voladura de los suelos, el manejo del desmonte, el manejo del fuego, el manejo del estuario del Río Negro. Temáticas ambientales que fueron tomando vigencia durante la actual gestión.
El municipio de Patagones, como la mayoría de los municipios bonaerenses, no tiene un sistema de manejo de fuego. Esto significa que al fuego se lo asocia con un siniestro, con una calamidad, que ocurre esporádicamente ya sea por desaprensión de algún productor, que en condiciones no apropiadas pretendiendo hacer un bien hace un daño, o como ocurrió este año que bajo condiciones naturales preponderante, a partir de abundancia de precipitaciones, oportunidad de las mismas, altas temperaturas, generó la acumulación de combustible forrajero en los campos. Estos campos -que además hacía mucho tiempo que no habían sido afectados por el fuego- habían desarrollado una masa arbórea importante, y un tapiz herbáceo realmente peligroso. Como no disponíamos de un sistema de manejo del fuego, las recomendaciones que surgieron de Inta, de otros organismos vinculados y desde el mismo municipio, no fueron hechas con la coherencia y convicción necesarias, pese a que contábamos con la información que teníamos un alto índice de peligrosidad.
La primera etapa, que forma parte de un sistema de manejo de fuego, no se había cumplido, que era la prevención. Cuando ocurre el siniestro, en este caso natural, porque el fuego es parte de la dinámica del ecosistema del monte, tuvimos que arbitrar medidas de presupresión (segunda etapa), organizar los sistemas de control, para que pudieran afrontar, prevenir, controlar, reducir y distinguir los focos que se iban produciendo.
Los focos que se produjeron en el partido de Patagones alcanzaron a 67 establecimientos, unas 87 mil hectáreas, y unas 120 mil hectáreas afectadas (la diferencia está entre lo que se quemó y lo que no se puede usar) hizo que esa proliferación de tormentas eléctricas sin precipitación provocaran focos dispersos en el más de millón de hectáreas con que cuenta el partido. El sistema de supresión (tercera etapa) a través de los cuerpos voluntarios, de los productores también, funcionó razonablemente bien.

Fuente. Ecos de la Tierra