Científicos asesoran sobre la invasión de jejenes

Investigadores del Conicet estudian estrategias para erradicar a este insecto de amplias zonas bonaerenses.

Jején, barigüí, paquita, simúlido, mosca negra o Simulium chaquese son denominaciones para el mismo insecto volador y hematófago, cuya picadura produce un doloroso corte en la piel que se infecta fácilmente con el rascado.

Durante la temporada estival, su presencia se ha tornado incontrolable en amplias zonas de la Provincia de Buenos Aires, porque resiste más a los repelentes químicos que su “primo” el mosquito.

Desde el año 2000, el jején llegó desde el norte con las inundaciones y colonizó toda la cuenca del Río Salado, que abarca casi setecientos kilómetros y atraviesa más de quince municipios.

La presencia de estos insectos daña la calidad de vida de las personas y las economías locales, porque pican a los trabajadores y a los animales del sector agrícola-ganadero y algunas atracciones turísticas se tornan imposibles de visitar.

Mundialmente, el insecticida utilizado para eliminar las larvas es el BTI, una formulación biológica basada en la bacteria Bacillus thuringiensis israelensis, pero a veces no resulta efectivo a causa de la falta de coordinación y sistematicidad en la fumigación.

Esta debe ser ordenada y sostenida en el tiempo y a eso apuntan los equipos de trabajo del Conicet, que han recorrido las zonas afectadas para formar a los agentes municipales encargados de estas tareas y asesorarlos sobre el tratamiento a realizar.

Fuente: Prensa Conicet.