El objetivo de la investigación es mejorar su genética y promover su exportación e industrialización.
La batata ocupa el segundo lugar en el ranking mundial de producción de hortalizas de raíz y en Argentina se cultiva en distintas variedades y regiones con un rinde de 190 mil toneladas al año, pero existe poca información sobre cuál se comporta mejor en cada ambiente, lo que provoca notables fluctuaciones en su calidad y rendimiento.
Por eso, el INTA y la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) estudiaron el modo en que tres ambientes contrastantes de la provincia de Tucumán influyeron sobre seis variedades de batata y constataron que las temperaturas y las precipitaciones determinaron en mayor medida los rindes, mientras que la calidad se relacionó más con la genética.
Además, luego de tres años de ensayos se pudo registrar una nueva variedad de batata en el Instituto Nacional de Semillas (INASE).
Los resultados finales también indicaron que a nivel nacional el rendimiento del cultivo puede aumentar, particularmente el de variedades adecuadas para producir industrialmente harina y almidón con la calidad exigida por los mercados internacionales.
Fuente: Prensa Universidad de Buenos Aires.